#Lacienciadeldiablo

La bajada de impuestos de Montoro es la misma ciencia del diablo, que está hecha para no entenderse y que si se entiende es que se ha interpretado mal. Es típico, cuando un gobierno hace una bajada de impuestos y ésta no se entiende es porque simplemente no ha bajado los impuestos, y juega a confundir a su gente.

Y es que ahora llegan las elecciones. Y como es lógico al PP le toca intentar recuperar a aquellos votantes descarriados. Y sus alcaldes con las municipales a la vuelta de la esquina se ponen nerviosos, y se engalanan con sus más coloridos plumajes. Empiezan, pecho henchido, cola al viento, el baile del cortejo. Como si la cacareada bajada de impuestos hubiese sido la llamada al celo de primavera.

Pero la verdad es que el tema está complicado porque de una parte muchas alcaldías del PP, especialmente en Cádiz, dependen de un único concejal. Por lo que 'el coletas' de Podemos, con su alegre banda de dicharacheros, puede terminar siendo bisagra en esos ayuntamientos. Lo mismito que hizo Pepe Grillo en Italia donde llegó a ser la tercera fuerza más votada.

Y de otra parte, si los votantes del PP están hartos como lo han demostrado en las últimas elecciones, puede que tampoco les voten en las municipales.

No es suficiente con que se anuncie una bajada de impuestos ininteligible, si lo que se quiere evitar es la debacle que se masca en el ambiente. El PP tiene que tomar el toro por los cuernos. Recordar que es un partido de derechas y en el año que le queda de mayoría absoluta, hacer lo que hacen los liberales, para lo que se le votó. Es decir, reducir autonomías, diputaciones, ayuntamientos, senado y los 20.000 'aforrados' que mantenemos entre todos los españoles. Seguro que entonces sobrará dinero y no hará falta subir los impuestos. Si no lo hace, se merecerá lo que le pase porque habrá desperdiciado una mayoría absoluta que no volverá a tener en mil años.