La UE busca una salida a Cameron con Juncker de presidente de la Comisión
Los jefes de Estado y de Gobierno le ratificarán mañana mientras debaten los candidatos a los cargos de presidente y de representante Exterior
BRUSELAS.Actualizado:Los veteranos del lugar tiran de hemeroteca e insisten: 'Nunca digas blanco o negro. En Bruselas puede pasar de todo y más en una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno'. Este caso parece diferente. Salvo sorpresa mayúscula de ultimísima hora que nadie espera, Jean-Claude Juncker (Luxemburgo, 1954) será el próximo presidente de la Comisión Europea hasta 2019 en sustitución de José Manuel Durao Barroso. Así lo acordará mañana por la tarde el Consejo Europeo, que propondrá su nombre al Parlamento para que lo ratifique el pleno del 16 de julio. Este paso no dejará de ser un trámite una vez confirmada la voluntad de los dos grandes grupos de la Cámara, populares y socialistas, para formar una gran coalición tanto en la designación de candidatos como para trazar las grandes líneas de actuación de la UE en este quinquenio.
Una elección que saca a la canciller, Angela Merkel, del entuerto en el que ella sola se había metido. Porque no que hay que olvidar que en un primer momento intentó dejar caer a Juncker para contentar al primer ministro británico, David Cameron, pero la presión de la prensa germana y de sus socios de Gobierno en Berlín la obligarán a dar marcha atrás y apoyar al candidato de su partido, el mismo que ella encumbró en el congreso del PPE de marzo frente al sólido aspirante francés, Michel Barnier.
El gran problema, ahora, es qué hacer con Cameron. Cómo ayudar al primer ministro británico a salir del laberinto en el que está metido después de haber impulsado sin éxito una operación en el Consejo para bloquear el nombramiento de Juncker, al que considera un candidato del pasado y demasiado europeísta. Holanda y Suecia, sus teóricos grandes socios en este intento de tumbar la candidatura del luxemburgués, ya han confirmado que no están por la labor, que se sumarán al gran acuerdo entre populares y socialistas para repartirse los nuevos altos cargos y, sobre todo, pactar la hoja de ruta de la Europa posterior a los rescates.
Cameron reiteró ayer su voluntad de votar en contra del aspirante del PPE aunque se quede solo en el intento. «Es importante ponerse de pie y defender lo que uno cree», enfatizó. Por lo general, este tipo de cumbres siempre llegan cocinadas de antemano, de ahí que no sea necesario votar los nombramientos. En esta ocasión parece que será diferentes. Londres quiere que todos se mojen.
Entre la espada y la pared
Fuentes diplomáticas explicaron que el propio Cameron se ha puesto entre la espada y la pared haciendo de esta negociación una «causa personal» en lugar de afrontarla como una cuestión de Estado. Reino Unido se quedará solo -la cumbre empieza hoy pero el asunto se debate en el almuerzo del viernes- y esto es un problema de difícil gestión. Sobre todo porque en 2017, si repite mandato Cameron, está previsto un referéndum de pertenencia a la UE en Gran Bretaña. De ahí que el premier lleve semanas pidiendo gestos, nuevas políticas, otras medidas que le ayuden en parte a justificarse ante su electorado. «No sé si alguien no le importa que Reino Unido siga con nosotros. A mí sí», recalcó hace unas semanas Merkel. Ayer en el Bundestag quitó hierro a la polémica y aseguró que si Juncker no logra salir por unanimidad «no será un drama».
Pero si el luxemburgués preside la Comisión también será porque los socialdemócratas liderados por el francés François Hollande y el italiano Matteo Renzi han conseguido que en las conclusiones del Consejo se hable de economía, de crecimiento, de empleo... No sólo de austeridad y estricto cumplimiento del déficit. En Bruselas nada sale gratis y Berlín tendrá que ceder en este capítulo.
En lo referente a los nombramientos se espera que comiencen a salir los primeros aspirantes a presidir el Consejo, ahora liderado por Herman Van Rompuy, y la Alta Representación Exterior, presidida por Catherine Ashton. Para el primer cargo suena el nombre de la primera ministra danesa, la socialista Helle Thorning-Schmidt. Para suceder a Ashton, Roma ha comenzado a maniobrar para colocar a Federica Mogehrini, su ministra de Exteriores; aunque también hay otros aspirantes como el canciller holandés Frans Timmermans o la comisariabúlgara Kristalina Georgieva.