Niños en el frente sirio
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarPrimero les enseñan el Corán. Luego, a usar armas. El que dé en el blanco recibe provisiones para su familia. Para cuando cumplen 15 años están en primera línea. Algunos han sido reclutados en sus barrios, colegios o mezquitas con apenas 12, con la excusa de ser educados. A veces se unen voluntariamente para reunirse con un familiar. O porque ya no les quedan allegados. En ocasiones, después de ser torturados por el régimen. Lo que no les dicen es que les forman para matar, hasta que un día se dan cuenta de que han perdido el alma, por no decir la vida, antes de cumplir los 18.
Un médico dijo haber tratado a niños de 10 y 12 años cuyo trabajo era azotar a los prisioneros de un centro de detención del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL). Un adolescente de 17 años, Amr, dijo haber sentido «presión social» para poner su nombre en una lista de «voluntarios» para misiones suicidas. Según el informe de Human Rights Watch, que ha entrevistado a niños en campamentos de refugiados y hospitales, así como a comandantes, médicos y familiares, ésa es la última realidad del conflicto sirio. Nadie sabe cuántos menores soldados hay en Siria, pero el grupo Centro de Documentación de Violaciones ha documentado la muerte de 194 en combate. Hay grupos que niegan las acusaciones. El de Alshrar al-Sham incluso se ha molestado en escribir a Human Rights Watch para recomendarle que sea más concienzudo en sus investigaciones, porque «algunos de los batallones que mencionan son desconocidos», dice el comandante Hassan Aboud.
Es una palabra contra otra. Sobre el terreno, algunos de los comandantes han dicho a la organización de derechos humanos que los de «14 o 15 años» no son niños, y que si los rechazan se irán con otro grupo. En el caso de los más extremistas, no hay respuesta. Dos adultos entrevistados dijeron haber visto en los campamentos militares del Frente al-Nusra y el EIIL niños de tan sólo 13 años. Dos médicos bajaron la edad a 12.
Algunos de los menores se unieron al grupo sólo porque cuando los miembros de EIIL llegaron a su pueblo «eran exactamente lo que habíamos oído», contó Raed, que se fue con ellos al cumplir los 16. «Me gustaba cómo vestían. Tenían un montón de armas». Los yihadistas reclutaron a 30 niños en su barrio. El líder del campamento de Kafr Hamra, en Alepo, dijo que les gustaban muy jóvenes. «Así serán líderes más fuertes el día de mañana».