El 'conflicto' según Mas
Actualizado:Mas sigue tocándonos todo aquello que rueda. Pretende darnos por la baticola y no sabe que aquí no nos cabe ni el bigote de una gamba, tal y como decía el sabio de Hortaleza. Luis Aragonés debiera haber tenido en frente al presidente de la Generalitat y haber resuelto a su manera ese conflicto con el que ahora nos amenaza. Está claro que Mariano, como Baquedano, se la coge con las dos manos, de ahí su especial parsimonia y aplicación hasta las últimas consecuencias de las tácticas y estratégicas gallegas para encarar los conflictos. El único reproche al respecto, es que nunca se sabe si va o viene. Qué le vamos a hacer, lo españoles en general somos así. Sólo cuando tenemos un enemigo común, montamos el gran follón, que es consustancial con las hazañas épicas de nuestros grandes héroes y guerreros. A lo mejor, habría que resucitar a Don Pelayo y al Cid. O quizás tampoco, sólo con que Babieca se diese unos trotes o galopes por la Diagonal y Paseo de Gracia, es posible que Arturito, Oriol, Quico y demás integrante de la chupipandi, hubieran cogido la puerta y estarían refugiados en el Rosellón. De esa manera nos dejarían tranquilos por un tiempo y podían comenzar a tocar las narices al vecino francés. Pronto, muy pronto le iban a hacer caso. Algo parecido a lo ocurrido el 23F, cuando al lehendakari Garaikoetxea le faltó tiempo para huir a Francia. Lo malo es que volvió pronto, en lugar de haberse quedado una buena temporada reivindicando el territorio francés de la supuesta Euskal Herria.
El término conflicto es ambiguo por excelencia. Más dice que sería civilizado. Lo malo de ello es que ese término es todavía más impreciso. Y aquí, en España, todo este espejismo montado, está resuelto de manera clara en la Constitución. Tiene razón el presidente del Gobierno cuando dice que tiene cogidas las manos y los pies. Cualquier cosa que afecte a la soberanía del pueblo español y a la integridad de su territorio, exigen para su cambio la previa reforma constitucional y a continuación referéndum y convocatoria electoral. Pero es que además fíjense, precisamente el artículo 8 del texto constitucional encomienda a las Fuerzas Armadas la misión de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Da igual el sentido atribuido al término conflicto, lo importante es lo que se pretende hacer, amparándose en el conflicto ante la persistencia en incurrir en varios incumplimientos constitucionales. España es un estado de Derecho y en consecuencia se cumple la ley. Rajoy no tiene capacidad de maniobra. Si maniobrase supongo le lloverían las querellas criminales por complicidad en la violentación a sabiendas de las normas. Así es que no va a ser necesario resucitar a Babieca, basta con que la cabra de la Legión asome sus cuernos en el Delta del Ebro.