Una ONG y la Casa de la Moneda empleaban a dos de los 'yihadistas' detenidos en Madrid
Los compañeros del cooperante le califican como un «buen chaval», mientras que el otro solo repartía mercancías en el organismo
MADRID.Actualizado:Reclutaban y enviaban terroristas a Siria e Irak para combatir en las filas de ISIL, el grupo que le disputa a Al-Qaida la hegemonía terrorista mundial. Sin embargo, de cara al público tenían una vida normal. Al menos dos de los nueve detenidos la pasada semana en Madrid en la 'operación Gala' llevaban años trabajando en el mismo lugar sin que nadie en su entorno sospechase de su integración en una célula 'yihadista' llamada 'Brigada Al Andalus'.
Según fuentes de la investigación, uno de ellos es Oiale Chergui, quien ya había sido reclutado, adoctrinado y preparado para combatir en las filas del Estado Islámico para Irak y Levante (ISIL). El miércoles ingresó en prisión eludible bajo 10.000 euros de fianza, pero su familia no está dispuesta, en principio a abonar ese dinero, según las fuentes consultadas.
Chergui, de nacionalidad marroquí y 25 años, trabajaba desde que era adolescente en una ONG en Madrid. Acudía todos los días y hacía jornadas de tres horas por la mañana y tres horas por la tarde. Ninguno de sus compañeros sospechaba hasta su arresto que Chergui, «siempre dispuesto a ayudar», compaginaba este empleo con sus visitas a la finca de Ávila con la que contaba su grupo para formarse física e ideológicamente para combatir por el Islam.
«Era un chaval estupendo. Poco a poco le han ido comiendo la cabeza y se ha metido en este follón», relata a Europa Press una persona que trabajaba con él desde sus inicios en la ONG. Según dice, les pilló «de sorpresa» la detención. «No apareció el otro día a trabajar, nos sorprendió que ni siquiera hubiese llamado. Venga a llamarle y venga a llamarle al móvil y nada. Llamamos a la familia y tampoco sabían nada. Llamaron a la mujer y así supimos que le habían detenido», relata.
Chergui está casado y acaba de tener un hijo hace apenas unos meses. «Era un tío estupendo cuando empezó a trabajar aquí y se había vuelto muy introvertido, no hablaba mucho con nadie ni nada. Nos empezó a extrañar que se dejó la barba y estaba todo el día con el Corán, pero era su religión. Nos hemos quedado todos sorprendidos», relata.
El otro caso es el de Abdeslam El Haddouti, lugarteniente del cabecilla del grupo Lahcen Ikasrrien, el ex preso en Guantánamo que fue detenido en Afganistán donde combatía con los talibán. Según las fuentes policiales consultadas, El Haddouti trabajaba desde hace años en la Casa de la Moneda a través de una contrata. El Haddouti, nacido en Tetuán (Marruecos) y de 35 años, era quien hacía la labor operativa de captar y reclutar posibles terroristas dispuestos a marcharse a los lugares de conflicto como el joven Chergui. El juez de la Audiencia Nacional decretó su ingreso en prisión el miércoles.
El lunes faltó a su trabajo en La Casa de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), donde según los investigadores, realizaba «un trabajo menor» que consistía en transporte interno en las oficinas.