Detenida una prostituta por deshacerse del cadáver de un cliente muerto tras tomar Viagra

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Justo Navarro Grande, un conocido camarero de Ciudad Real de 59 años, nunca habría imaginado el final de su vida envuelto en un edredón y arrojado a un contenedor de basura tras una noche loca de sexo y viagra. Su cadáver apareció el pasado miércoles en el barrio de la Plaza de Toros de la capital manchega. Una mujer y sus dos hijos fueron detenidos minutos después por haber intentado deshacerse del cadáver depositándolo en un contenedor. Justo fue incinerado el jueves y la Policía Nacional ha ido componiendo el puzle de la investigación hasta aclarar lo ocurrido. Las tres personas detenidas, la madre y sus hijos, pasaron este viernes a disposición judicial.

El camarero, soltero y con problemas de cáncer en el pasado, decidió contratar los servicios de una prostituta de 40 años. Para ello, acudió a la casa de la mujer, en la calle Pedrera Baja. Allí decidió tomar viagra para no tener problemas a la hora de cumplir. Sin embargo, o Justo se excedió en la dosis o le sentó mal, porque murió. La mujer, asustada, llamó a sus dos hijos y los tres tomaron la errónea decisión de deshacerse del cuerpo sin vida del camarero.

Como si se tratara del guión de una película de Woody Allen, envolvieron el cadáver semidesnudo de Justo en un edredón, lo bajaron a la calle y lo introdujeron en un carro de la compra. Así lo trasladaron por las calles de Ciudad Real -incluso pasaron al lado del cuartel de la Guardia Civil- hasta llegar a la zona de la Plaza de Toros donde lo arrojaron a un contenedor de basura.

Un vecino que fue testigo del 'paseo' telefoneó a la Policía Nacional, que halló el cadáver en el contenedor y, poco después, a quienes lo habían conducido a la que fue la última morada de Justo, "una buena persona", como lo definen sus vecinos y quienes fueron sus clientes en el bar donde trabajó.