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La gran etiqueta del jefe supremo de los Ejércitos
Emocionado y feliz, don Felipe vistió el uniforme de gala de Tierra, con la banda azul y el fajín rojo que le impuso su padre
MADRID. Actualizado: GuardarHabía dudas con el uniforme que iba a vestir don Felipe el día de su proclamación. Hace una semana la Zarzuela anunció que portaría el traje de gala del Ejército de Tierra. El mismo verde caqui que lució su padre el 22 de noviembre de 1975, cuando fue proclamado Rey en el Congreso. Pero, finalmente, el criterio de la Casa Real no se respetó y el nuevo jefe del Estado apareció con el uniforme de gran etiqueta, también del Ejército de Tierra, pero esta vez con guerrera y pantalón azul, como hizo el día de su boda con doña Letizia.
Desde el comienzo de la jornada en la Zarzuela, un sonriente y radiante Monarca irrumpió en la Sala de Audiencias para que su padre le anudara el fajín de seda en la cintura. Acompañado de la cúpula militar y la Familia Real, lo hizo por vez primera como capitán general de las Fuerzas Armadas. Mientras, don Juan Carlos también iba de capitán general, pero en la reserva.
El uniforme de gran etiqueta del Ejército de Tierra está compuesto por una guerrera azul con puños blancos; pantalón azul, zapatos y calcetines negros; y guantes blancos y gorra de plato azul. Los bordados y botones eran de color oro. Y la banda azul, las condecoraciones y la faja roja de general eran de la más alta graduación.
En el breve y solemne acto de colocación de esta prenda de seda roja, se vio a un padre emocionado y a un hijo receptivo. Ambos se fundieron en un abrazo en el que chocaron sus distintivos de metal. El nuevo Rey llevaba la venera de la Orden del Toisón de Oro, la banda azul del Collar de Carlos III, la Gran Cruz de la misma orden castrense y las medallas del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico, máximas condecoraciones de los tres ejércitos.
En los hombros de la guerrera llevaba unas charreteras de color dorado. Más abajo, en la bocamanga, lucía el entorchado de general, de color dorado, y la divisa de capitán general, los dos botones cruzados con cinco estrellas y la Corona Real.
Satisfacción
En la Zarzuela, nada más recibir el fajín, besó a su padre y luego se dirigió hacia donde estaba doña Letizia, sus hijas, doña Sofía, la infanta Elena, que le hizo la reverencia, la primera que recibió como Rey, y su sobrino Felipe Juan Froilán. Dio dos besos en la mejilla a cada uno en algo que parecía improvisado y un poco atropellado. Antes de partir del palacio, en la escalinata, Felipe hizo una carantoña a Leonor. Y le señaló el coche en el que iban a viajar sus padres, un Rolls Royce negro cubierto. Parecía inquieto. Pero en su rostro tenía una expresión continua de satisfacción que no abandonó en toda la jornada. En realidad, don Felipe se había estado preparando toda la vida para este momento.
Al llegar al Congreso, al escuchar el himno de España y realizar su primer saludo como capitán general, se le vio emocionado. Pero más aún cuando accedió al hemiciclo. En sus labios se podía leer de forma clara un «gracias, gracias». Al prolongarse tanto la ovación incluso soltó un «bueno», como diciendo «esto es demasiado». Y antes del gran momento, el juramento, se mojó los labios.
Durante su discurso tuvo algún gallo, se emocionó al hablar de su madre. En los momentos cumbres de su discurso, en los que quería ser escuchado, don Felipe mantuvo una voz firme y tono claro. Tras su discurso recibió aplausos y buscó con su mirada la aprobación de su compañera en este viaje, doña Letizia, a quien dio dos besos en las mejillas al tiempo que ella le acariciaba el rostro.