#Uber
Actualizado:L os taxistas se han hecho un buen 'Froilán' (tiro en un pie) con la huelga de la semana pasada. Nadie conocía el servicio de 'carsharing' Uber, y gracias al lumbrera que tuvo la feliz idea, ahora Uber lo conoce hasta el 'Potoki'. De hecho ha sido la App más descargada de la semana, con más de 20.000 descargas en 24 horas. ¡Enhorabuena campeones!
Es lo que en internet llaman el 'efecto Streisand'. Cuando intentas prohibir algo, al final lo que consigues es una mayor difusión. Hay muchos ejemplos, pasó con las fotos de las hijas de Zapatero, pasó con Wikileaks y ahora pasa con Uber. Y eso que lo de Uber no es para tanto, faltan años aún para que se desarrolle en España. Además, aunque esté valorada en mas de 18.000.000 de dólares, todavía queda por saber si es una burbuja. Aunque entiendo que a un taxista que ha tenido que pagar 100.000 euros por su licencia y lleva cinco horas esperando en Barajas le cabree lo del programita.
Aunque los que de verdad tendrían razones para estar cabreados son los hosteleros. Y el fenómeno que merece la pena tener en cuenta no es el de Uber sino el de 'Airbnb' y 'Only-apartments'. Sistemas análogos al de Uber, de alquiler de viviendas por días, y funcionando a tope. Tanto es así que se están cargando los hoteles de las capitales europeas, empezando por Londres. A los arrendatarios les cuesta la cuarta parte que el hotel y los arrendadores les da una rentabilidad muy superiores al doble de lo que se consigue colgando carteles de 'se alquila' de las ventanas. Es lo que tienen los mercados de competencia perfecta. Pierde el que tenía secuestrada la información (hoteles), ganan todos los demás.
Esta semana los taxistas han aprendido una dura lección. No se puede prohibir el futuro como no se pueden poner puertas al campo. No se puede vencer al progreso, porque el progreso termina venciéndolo todo. Ya no es Uber, ni Blablacar, es que los coches en 30 años no tendrán conductor. El oficio del taxista, como el de las inmobiliarias ha muerto 30 años antes de morir. Y por mucho que nos empeñemos, si quisiéramos hacer algo no podríamos, pero es que si pudiéramos probablemente tampoco querríamos.