Milicianos prorrusos observan los restos del avión que derribaron ayer cuando el aparato se disponía a aterrizar en Lugansk. :: S. Z. / REUTERS
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Los separatistas asestan el mayor golpe a Ucrania

El derribo de un avión en Lugansk por parte de los prorrusos mata a 49 militares y ensombrece los importantes avances del Ejército en Mariúpol

MOSCÚ. Actualizado: Guardar
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Los avances logrados el viernes en Mariúpol por las tropas ucranianas para aplastar la sublevación separatista se vieron ayer ensombrecidos por la muerte de los 49 militares que viajaban en un avión Il-76 (Iliushin-76). El aparato se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Lugansk cuando fue alcanzado por dos cohetes disparados por las milicias prorrusas. Este nuevo incidente sangriento, que constituye el golpe más brutal asestado por los insurgentes desde el comienzo de la «operación antiterrorista» lanzada por Kiev hace dos meses, amenaza con atizar el odio hacia Rusia y hacer definitivamente irreconciliables las relaciones entre los dos países.

El presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, declaró hoy domingo día de luto nacional y advirtió de que los rebeldes tendrán una «respuesta adecuada» a su acción. «Todos y cada uno de los implicados en un atentado terrorista tan cínico y de tal envergadura serán castigado. Ucrania necesita la paz», declaró. Con el fin de articular las medidas a adoptar contra las milicias separatistas, el mandatario convocó ayer una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad Nacional y de Defensa. Mientras, la Fiscalía General de Ucrania caracterizó el derribo del avión como «atentado terrorista» e inició las diligencias pertinentes para esclarecer lo sucedido y detener a los culpables.

Varios centenares de manifestantes enfurecidos rodearon la embajada rusa en Kiev con pancartas en donde se podía leer '¡Rusia asesina!' o 'Basta ya de injerencia'. Algunos de los congregados lanzaron huevos y botellas con pintura contra el edificio mientras otros volcaban los vehículos diplomáticos aparcados junto a la puerta para bloquear los accesos. Colocaron también barreras de neumáticos con la aparente intención de quemarlos. Las fuerzas antidisturbios no intervinieron. Pese a las distintas pruebas presentadas por Kiev, la OTAN y EE UU sobre la implicación de Rusia en el envío al este de Ucrania de mercenarios, munición y, últimamente, incluso tanques, el Kremlin niega tener nada que ver con los insurgentes de Donetsk y Lugansk. Moscú no hizo ayer ningún comentario en relación con el avión de transporte militar ucraniano derribado.

Bomba desactivada

El Il-76 se disponía a tomar tierra hacia la una de la mañana, hora local, cuando recibió el impacto de por lo menos dos cohetes disparados desde una lanzadera portátil. Los insurrectos asumieron enseguida su autoría y explicaron haberlo hecho porque el autoproclamado Gobierno de Lugansk prohibió hace unos días los vuelos en la zona.

El Ejecutivo ucraniano explicó que el avión se desplomó desde una altura de 700 metros y explotó al chocar con el suelo. Todas las personas que se encontraban a bordo perecieron. Eran nueve miembros de la tripulación y 40 soldados de la Brigada Aerotransportada número 25 de Dnepropetrovsk, ciudad en donde habrá dos jornadas de luto, hoy y mañana. Por su parte, el ministro de Defensa, Mijaíl Koval, aseguró que, durante el asalto a Mariúpol del viernes y los combates en Donetsk y Lugansk perecieron 250 rebeldes y muchos de ellos eran rusos.

En una de las puertas de acceso al edificio de la Presidencia, según la Policía, fue hallado ayer un artefacto explosivo de gran potencia, que pudo haber sido detonado al paso del jefe del Estado. «La bomba fue localizada cerca de la puerta por la que entran los coches oficiales. Contenía cinco granadas y un kilogramo de metralla. Era un artefacto muy potente», aseguró una fuente del servicio de seguridad. Por otro lado y aunque Moscú declaró el viernes que no habría más negociaciones sobre el precio del gas mientras Kiev no pague la suma adeudada de 1.440 millones de euros, ayer se volvieron a reunir. Mañana es un día decisivo porque, si no hay acuerdo, Rusia podría cortar el suministro.