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MUNDO

Las presidenciales de Colombia deciden la política con las FARC

Santos y Zuluaga llegan igualados a la segunda vuelta electoral pero con dos visiones opuestas sobre el rumbo a seguir con las guerrillas

M. L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

La reelección de Juan Manuel Santos y su propuesta de firmar la paz con las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) está en manos de los cerca de 33 millones de personas que están convocados a votar hoy en segunda vuelta. Su oponente en estas presidenciales es Óscar Iván Zuluaga, que representa la mano dura de su mentor político Álvaro Uribe y ha reiterado que de resultar elegido exigirá a las FARC cesar todas las acciones como condición para continuar los diálogos. El reto de ambos candidatos, que según las encuestas van casi empatados en la intención de voto, es vencer la abstención que en la primera ronda alcanzó el 59,93 %.

La campaña de la que saldrá el próximo jefe de Estado colombiano para el periodo 2014-2018 ha sido intensa y plagada de acusaciones hasta el último momento. Uribe ha sido quien más puyas ha lanzado contra su exministro de Defensa y candidato de la coalición Unidad Nacional. Las últimas fueron este viernes cuando denunció supuestas acciones de fraude y abuso de poder en el entorno del presidente.

El exgobernante (2002-2010), líder del movimiento opositor uribista Centro Democrático que apoya a Zuluaga, dijo que «no tienen precedentes en el país» las prácticas de abusar de la publicidad durante la retransmisión de la inauguración del Mundial. «Abundaron los avisos publicitarios de la campaña de Santos, que son legítimos, y los avisos ilegítimos del Gobierno», denunció. El anuncio en cuestión muestra a Humberto de la Calle explicando los avances del proceso negociador que se lleva a cabo en La Habana.

En otro momento, Uribe también tildó a Santos de «verdugo de la fuerza pública y un cordero frente a las FARC». El jefe del equipo de campaña de Santos, el también exmandatario César Gaviria, tildó la frase de «inaudita afirmación que invita a la insubordinación de la fuerza pública y una caricatura infame y perversa del proceso de paz».

El desencanto de Uribe

Ni el tono ni las acusaciones son nuevos. Comenzaron cuando Santos asumió el mandato en el 2010 y se desmarcó de la hasta entonces política gubernamental de mano dura contra las guerrillas. Otro factor de distanciamiento de quienes habían sido hasta entonces estrechos colaboradores fue el restablecimiento de las relaciones con Venezuela. Pero la apertura de la Mesa de Diálogo de La Habana con las FARC fue la gota que colmó el vaso del uribismo. Y de cerca de un 30% de los votantes de la primera vuelta que le dieron el triunfo a Zuluaga, frente al 26% que apoyó al acutal jefe de Estado.

Ahora las alianzas y la participación serán fundamentales para el resultado en esta segunda ronda. En ese sentido, el proceso de paz de Santos fue el factor unificador de movimientos de izquierda, el 80% de la bancada conservadora, una mayoría de la Alianza Verde, las tres grandes centrales sindicales y la Organización Nacional Indígena. En cambio, Zuluaga está apoyado por conservadores que coinciden en que en Colombia no hay un conflicto armado sino «ataques terroristas».