AENA saldrá a Bolsa en noviembre, aunque seguirá controlada por el Estado
El ente aeroportuario no cerrará infraestructuras y pondrá el 49% de su capital social en manos privadas a cambio de cerca de 2.400 millones
MADRID.Actualizado:El Gobierno terminó ayer de deshojar la margarita aeroportuaria y, en la ya prevista privatización del ente público que gestiona esas infraestructuras, AENA, optó finalmente por salir al mercado aunque manteniendo la última palabra en las decisiones de la compañía en manos del Estado. Para ello, el 51% del capital social continuará en manos públicas, mientras que el 49% restante irá a inversores privados.
Con ello, aunque el objetivo declarado por el Ejecutivo fue otro más pragmático -«mejorar la calidad del servicio de transporte que se da en España a todos los ciudadanos», según declaró ayer la ministra de Fomento, Ana Pastor-, podrá hacer caja para reducir un poco más el déficit público, aunque las cantidades no serán las que se manejaban en un principio. El motivo es que el Ejecutivo ha optado por no privatizar el 60% del capital, que era la idea inicial del citado departamento en línea con la recomendación recibida desde los bancos de inversión.
De hecho, desde Fomento así se lo plantearon en octubre pasado al Consejo Consultivo de Privatizaciones (CCP), que informó de forma favorable al proyecto pese a que la información que éste había recibido era aún «escasa». Lo que sí se mantiene es que habrá un núcleo «estable» entre los socios privados de AENA, donde estarán los accionistas de referencia junto al propio Estado. Hablamos de cuatro o cinco grandes compañías, fundamentalmente nacionales, que dispondrán del 21% del capital social. La previsión inicial, no obstante, es que haya al menos tres, cada uno con un 7%.
Serán los primeros a los que se dirija el Gobierno, cuya intención es cerrar esa lista en septiembre. Un mes más tarde se registraría ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el folleto correspondiente a la operación pública de venta (OPV) del gestor aeroportuario y en noviembre empezaría el período de oferta ante el conjunto de los inversores. Estos últimos podrán aspirar libremente a su porción dentro de una tarta que, una vez colocada en la Bolsa, supondrá sólo poco más de una cuarta del accionariado de la compañía; en concreto, el 28%.
Fomento hace cuentas
Aunque hasta entonces no conoceremos los precios previstos de la operación, ni tampoco las condiciones de aseguramiento (salvaguardas) que se pueden imponer, en Fomento han hecho cuentas y parecen incluso algo conservadoras, dado que para los mercados puede resultar más rentable que la deuda soberana. Como su beneficio bruto de explotación (ebitda) alcanzó los 1.610 millones de euros en 2013 -de hecho, entró en rentabilidad por vez primera en su historia y ganó 597 millones- y en las salidas a Bolsa se suele aplicar un múltiple de entre nueve y 11 veces esa partida, la valoración se aproximaría a los 16.000 millones.
De esa cantidad, no obstante, habría que restar el peso correspondiente a la abultada deuda que aún arrastra AENA (11.474 millones al cierre del ejercicio pasado) pese a haberla reducido progresivamente. Esto supondría que el precio real de la empresa estaría en una horquilla de entre 4.500 y 5.000 millones. Una suma que no se antoja elevada para un operador que el año pasado dio servicio a 187,4 millones de pasajeros -la cifra más alta de mundo- y -aparte de España- supervisa 15 aeropuertos en distintos países.
Bajo esos parámetros, el 49% que se va a ofrecer ahora a la oferta privada podría alcanzar en el mercado un valor conjunto de 2.400 millones de euros sin grandes esfuerzos, e incluso subir algo más en función de la demanda que exista al final. Eso sí, con los socios del núcleo duro se pretende cerrar un precio moderado en aras precisamente a garantizar la estabilidad de AENA.
La privatización del ente aeroportuario fue ayer criticada desde algunos gobiernos autonómicos, los sindicatos y el PSOE. En este último, su portavoz en la comisión de Fomento del Congreso, Rafael Simancas, la calificó de «grave error» porque pone en duda la supervivencia de las infraestructuras actuales del sector. Por eso, pidió conocer «la letra pequeña» de los planes del Gobierno. La salida a Bolsa del 49% de AENA, sin embargo, ya fue planeada en julio de 2011 por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, tras desechar su primera intención de enajenar sólo los aeropuertos de Madrid y Barcelona.