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El Real se llenó de caballistas y calesas alentados por el día festivo y el comienzo de Equimar. :: FRANCIS JIMÉNEZ
Chiclana

Al calor de San Antonio

Pese a que el viento y las altas temperaturas deslucen el día grande, miles de chiclaneros se acercan al Real a disfrutar del festivo

JESÚS A. CAÑAS jccarrillo@lavozdigital.es
CHICLANA.Actualizado:

Tiene el Real algo de mini ciudad. Como una pequeña localidad, es catalizador social de la ciudad en la que se celebra. Por ello, la feria se divide por zonas de marcha, de paseo y lucimiento, de diversión. Y dentro de ellas incluso se puede acercar aún más la lupa, como si de un terrario se tratase, y descubrir las casetas más populares; las calles por las que paran los jóvenes; los sitios de botellón o los puntos sólo aptos para familias. Si a ese carácter 'per se' se le incluyen todos los ingredientes con los que contó ayer la Feria de San Antonio en su día grande, ese carácter de pequeño pueblo se acrecienta aún más. Ayer, en la fiesta de San Antonio, los chiclaneros disfrutaron, de mayores a pequeños, del mediodía a la madrugada, de su día grande. El festivo se dejó sentir en el Real, entre sevillanas, rumbas o música pop. Por tener, el viernes de San Antonio contó con los primeros espectáculos ecuestres de Equimar e incluso con partido de España en el Mundial. Con todos estos mimbres, se configuró un día redondo, aunque el levante y las temperaturas superiores a los 30 grados lo pusieron bien complicado.

El día de San Antonio comenzó bien pronto. A las 11.00 horas se celebró la misa al santo franciscano, organizada por la propagandista Manolita Fernández. La chiclanera volvía después de un año de parón por enfermedad y lo hizo con fuerza. Gracias a su colaboración se hizo posible la entrega de más de 3.000 panecillos bendecidos que se agotaron al poco tiempo de su reparto. Tras la celebración eucarística, el foco de atención se trasladó al Real. Con la llegada del mediodía y los almuerzos, Las Albinas comenzó a llenarse con cuentagotas. Un incesante llegar de chiclaneros que desafiaron al calor y el viento de levante en un número que muchos apuntaron menor que en años anteriores.

Así lo veía Juana María Saucedo y su familia: «Hoy es el día grande y, aunque hay mucha gente, lo vemos más apagado que otros años. Cada vez viene la gente más de noche». Ellos, en un grupo familiar de padres, hijos y sus respectivas parejas, se animaron a acudir al Real pasadas las cinco de la tarde para estar «lo que el cuerpo aguante», como reconoció la chiclanera. El mismo plan tenía Enrique González que se animó a acercarse al Real en torno a las 18.00 horas, junto a su mujer e hijo. Ellos también advertían «poca gente, con respecto a otros años», un hecho que achacaron al calor más que al partido. Porque otro de los condicionantes que se vivió ayer fue el partido España-Holanda. Tanto influyó que llevó al Ayuntamiento a adaptar su programación de la Caseta Municipal para ofrecer el partido en directo. González fue uno de los muchos que lo siguió a partir de las 20.30 horas, instante en el que Las Albinas pareció mudar de las sevillanas a las retransmisiones en directo.

La tarde caía y la Feria comenzaba a animarse cada vez más. Algo que supo a bálsamo para muchos caseteros que mostraron su preocupación por obtener menores ventas que en años anteriores. Es el caso de Farolitos Rojos donde uno de los camareros reconocía «ver menos gente que otros años». Inés Noguera, camarera en la caseta del PSOE, también apreció menos público desde el momento del almuerzo. «La caseta está más tranquila que otros años. En otras ocasiones no se vaciaba y mira ahora», decía mientras señalaba a unas mesas mayoritariamente vacías. «La gente sale más de noche cuando el tiempo acompaña más», apuntó Noguera en un pronóstico que, en efecto, se cumplió.

Jornada a caballo

Pero la jornada de ayer, en esa diversidad del fútbol a las sevillanas, también trajo consigo el arranque de Equimar. Un efecto que se notó en todas las calles del Real, repletas de calesas, caballistas y jinetes, un ambiente que embelleció la Feria hasta la noche. En este entorno arrancó la exhibición de caballos, que tras la inauguración de la tarde celebró una carrera de cintas, con unos 40 participantes dado que se trata de una disciplina popular. Chema Martínez se mostró satisfecho con el inicio de la feria ecuestre y esperanzado de poder ampliar el número de días de exhibiciones para ediciones venideras. «Nuestra intención sería ampliar incluso a feria de ganado», reconoció Martínez. Pese a la crisis, el responsable de Equimar se mostró conforme y agradecido al Ayuntamiento porque «la Delegación de Fiestas lo hace muy bien».

Hay muy poca diferencia en el presupuesto asignado a cuando no había crisis». Martínez valoró positivamente este esfuerzo en una ciudad donde «se mueve mucho el mundo del caballo» con una feria que «reagrupa a todos los clubes hípicos». La llegada de la noche trajo consigo uno de los espectáculos con más éxito de la Feria: el espectáculo ecuestre del Royal Center Hípica en el que participaron ocho caballos con doma vaquera, alta escuela, doma en libertad, baile de caballos, enganche o riendas largas.

La noche más animada llegaba a la Feria de San Antonio tras una jornada que transcurrió sin grandes incidentes. Los más reseñables ocurrieron en la madrugada del jueves al viernes cuando se produjo varias atenciones sanitarias, entre ellas una por intoxicación etílica y otra por una reyerta en la avenida de los Descubrimientos. Ya para la madrugada de anoche, efectivos de la Policía Local, Guardia Civil, Cruz Roja y Protección Civil incrementaron sus dispositivos de seguridad para garantizar el correcto devenir de una noche que se preveía especialmente larga.