La 'tasa Draghi' obliga a la banca a sacar del BCE 25.500 millonesUna inyección en I+D con un impacto de 48.000 millones
La penalización por la facilidad de depósito, una medida histórica, entró en vigor este miércoles dejando apenas 13.500 millones en caja
BRUSELAS.Actualizado:El Banco Central Europeo (BCE) abrió la veda y la reacción no se hizo esperar. El miércoles, día en el que entraron en vigor todas las medidas no convencionales aprobadas la semana pasada por Draghi, los bancos de la 'zona euro' sacaron de la caja fuerte de Fráncfort 25.428 millones para evitar la nueva penalización del 0,1% referida a la facilidad de depósito. Es decir, que de una sola vez retiraron casi dos tercios de los fondos (el 65%) que tenían depositados en la víspera: 39.015 millones, de los que algo menos de 2.000 correspondían a la banca española.
No obstante, y pese a la tasa negativa, hay bancos que prefieren mantenerse 'a seguro', incluso perdiendo algo de dinero. Así lo demuestran los 13.587 millones que el miércoles permanecían ingresados en el BCE.
Ayer se cumplió una semana del anuncio del presidente del BCE que provocó un anhelado tsunami en los mercados. Con una inflación en mínimos del 0,5% -el gran objetivo es aproximarse al 2%-, una economía deprimida y un euro demasiado sólido frente al dólar, 'Súper Mario' dio un puñetazo encima de la mesa al bajar los tipos de interés al mínimo histórico del 0,15%, inyectar 400.000 millones en el sistema para favorecer la financiación de las pequeñas y medianas empresas (pymes) -gran lunar en la gestión del italiano- y penalizar, por primera vez en la historia de la institución, la facilidad de depósito. Un paso que nunca habían dados los otros grandes bancos centrales y del que sólo existen los precedentes de Dinamarca y de Suiza.
El objetivo de la medida es claro: invitar a las entidades bancarias a que deriven este dinero hacia la economía real en lugar de mantenerlo 'parado' en Fráncfort. De momento, parece que ha surtido efecto, aunque habrá que seguir la evolución.
Esta hucha del BCE, ya rota en mil pedazos, ha sufrido una convulsa evolución en función de los principales hitos de la Gran Depresión. Antes de 2008 apenas se utilizaba, mientras que a mediados de aquel año, tras la quiebra de Lehman Brothers, cobró todo el protagonismo. A partir de ese momento y hasta finales de 2011, los bancos depositaron en las arcas del Banco Central una media de 300.000 millones diarios, con tipos que entonces llegaron a ser hasta del 3%.
Todo cambió cuando el Consejo de Gobierno del BCE decidió instalar dos barras de liquidez por valor de más un billón de euros. La primera fue a finales de 2011 y la segunda a principios de 2012. Semanas después, la hucha alcanzó un pico histórico de 827.534 millones al día. Es decir, que las entidades utilizaban el dinero barato de Fráncfort para guardarlo en el propio BCE o incluso para hacer negocio comprando deuda soberana ('carry trade') de países como España, con una prima de riesgo entonces desbocada y que logró poner a toda la 'zona euro' contra las cuerdas.
Un mes más tarde, en julio, Draghi aprobó bajar la facilidad de depósito al 0%, lo que provocó que muchos bancos se llevaran su dinero de Fráncfort. No obstante, se ha venido registrando de forma constante una media de 30.000 millones, que desde el pasado miércoles ha quedado reducida a menos de la mitad, confirmando así los deseos de 'Súper Mario'.
Se ratifica una supermulta
Por otra parte, el Tribunal General de la Unión Europea ratificó ayer la multa de 1.060 millones que la Comisión Europea impuso a la empresa estadounidense Intel por haber abusado de su posición dominante en el mercado de los procesadores entre 2002 y 2007. Se trata de la sanción más elevada que el Ejecutivo de Bruselas ha impuesto en su historia por cuestiones referidas a competencia. «El fallo confirma que teníamos toda la razón al perseguir esta conducta contraria a la competencia en un gran mercado internacional», se felicitó el portavoz del comisario de Competencia, Joaquín Almunia.
La Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) lanzaron ayer una nueva generación de instrumentos financieros que tendrán una dotación de 24.000 millones para los próximos siete años y cuya finalidad será «ayudar a las empresas innovadoras a acceder a financiación con más facilidad». La comisaria de Investigación, Máire Geoghegan-Quinn, afirmó que esperan que esta cantidad pueda tener un impacto global de 48.000 millones de inversión total en I+D. «La UE va a la zaga de sus competidores globales en términos de inversión, así que debemos animar a los bancos a que colaboren más que hasta ahora», recalcó.