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Los diputados de Amaiur abandonan el hemiciclo antes de iniciarse la votación que aprobó la abdicación del Rey. :: JOSÉ RAMÓN LADRA
ESPAÑA

Los republicanos reclaman que Felipe VI obtenga la legitimidad de las urnas

Las fuerzas independentistas aprovechan el debate de la abdicación para reivindicar su derecho a la secesión de España

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

No son una mayoría numérica en las Cortes; al revés, representan a una cantidad muy inferior de parlamentarios, pero precisamente por su fragmentación, los discursos de las fuerzas políticas defensoras de una República tuvieron un importante espacio en el debate sobre la abdicación de Juan Carlos I y su sustitución automática por el Príncipe de Asturias en la Jefatura del Estado. Y a ello hay que sumar que muchos de sus portavoces, como el de Izquierda Unida, Cayo Lara, sembraron dudas sobre la posibilidad de que la mayoría absoluta del PP, con 186 de 350 diputados, y los 110 escaños del PSOE sean en este momento un reflejo de la voluntad ciudadana, visto el aparatoso hundimiento de uno y otro en las elecciones europeas del 25 de mayo.

Ese fue, precisamente, el argumento con el que trataron de restar legitimidad a la próxima proclamación de Felipe VI. «Es un giro histórico -adujo Lara en referencia a los recientes comicios- ante el que nadie puede permanecer inerte». El líder de IU habló de una «maniobra oscura» y «palaciega» para imponer al futuro Monarca, y rebatió el argumento empleado tanto por el presidente del Gobierno como por el líder de los socialistas en el sentido de que quien desee un cambio en la forma política del Estado debe plantear una reforma constitucional. «No sería el primer referéndum que se hace -dijo- celebramos uno sobre la entrada en la OTAN y sobre la Constitución Europea».

«La propia Carta Magna dice que podrán ser sometidas a referéndum las decisiones políticas de especial trascendencia si se quiere; o sea -esgrimió- que sí se puede pero no se quiere». El hecho de que la Constitución ya establezca que España es una Monarquía parlamentaria es para la fuerza de izquierdas un hecho que en nada choca con su línea argumental. «¿Por qué se ha decidido que 1978 es definitivo y para siempre? ¿Eso por qué?», cuestionó Lara. «El bipartidismo y la Monarquía nos dicen que consultar al pueblo es malo para la estabilidad. ¿Para qué estabilidad, la de las grandes empresas y las grandes fortunas? Ellos no son soberanos».

En términos generales, los republicanos, contrapusieron así régimen monárquico contra democracia. «No se entiende -dijo el portavoz de Esquerra, Albert Bosch- que al frente del Estado se produzca un relevo entre aristócratas. Haciéndome eco de Shackespeare les diría que cambiando coronas no se va el dolor de cabeza». Pero tanto Esquerra como Amauir aprovecharon además el debate para trasladar el asunto a otro terreno, al de la de la independencia de sus territorios. Bosch afirmó que la ruptura con España está próxima. «El 9 de noviembre votaremos y decidiremos entre Monarquía española o República catalana», presumió. Y Sabino Cuadra, que subió a la tribuna con una camiseta en la que se podía leer 'Derecho a decidir' e ikurriña en mano, proclamó su solidaridad con todo tipo de reivindicación republicana, pero hizo hincapié que lo que persigue su formación es la «Euskal república».

«Decisión» de Franco

El diputado de Compromís, Joan Baldoví, por su parte, apeló al hecho de que se blanda la Carta Magna como indiscutible fruto de la soberanía popular cuando el 64% de los españoles que ahora tienen derecho a voto no la pudieron votar. «Ni tan siquiera pudieron decidir ustedes, que sí tuvieron posibilidad de votar, sobre el modelo de Estado -dijo dirigiéndose a Rajoy, que en 1978 tenía 23 años, y Rubalcaba, que contaba los 27- porque ya lo había decidido Franco y porque se presentó dentro de un paquete que era la Constitución», les afeó Baldoví.

El diputado valenciano agitó la portada del semanario cómico 'El jueves' sobre la sucesión del Rey , que finalmente no vio la luz, para denunciar una vulneración de derechos fundamentales. «Algo huele a podrido en el Reino de España». Pero sobre todo empleó un argumento en pro del referéndum. «¡Denle (a Felipe de Borbón) una oportunidad! ¡Permitan que sea elegido y coronado por justo derecho!», dijo. Sus palabras -como las del líder de IU, que aseguró haber pedido al Rey que «deje a su hijo tener la legitimidad de las urnas»- implican, paradójicamente, que asumen que, en una votación, los españoles aceptarían al Príncipe de como jefe del Estado.