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Hillary Clinton, en un acto de entrega de premios durante su etapa al frente del Departamento de Estado de EE UU. :: SAUL LOEB / AFP
MUNDO

Hillary tantea sus opciones políticas

La exsecretaria de Estado, que no anunciará si aspira a la Casa Blanca antes de finales de año, publica la segunda parte de sus memorias

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL
NUEVA YORK.Actualizado:

Podía ser un libro más, el segundo tomo de las memorias de Hillary Clinton, pero 'Hard choices' (Decisiones difíciles) es mucho más que eso, o mucho menos, según se mire. Cuando salga hoy a la venta comenzará la frenética obsesión de milimetrar cada paso de la vida del libro y la de su autora para interpretar en él las posibilidades electorales de Clinton como potencial candidata a la presidencia en 2016. La pregunta se le ha hecho cientos de veces en el último año de todas las maneras posibles, así que por mucho que Clinton comience ahora una gira promocional cargada de charlas y entrevistas es impensable escuchar una respuesta que no sea la que ella ha decidido dar.

Si CBS se alzó con la primera copa, People con la primera entrevista y The New York Times con la primera crítica, ABC estrenó anoche la primera entrevista televisiva. Allí Diane Sawyer, a quien la jubilación de Barbara Walters ha convertido en reina de este formato, presumía en los adelantos de que no había nada vetado. Y así de directa fue su pregunta de «¿cuándo va a decidir si se presenta o no?». Clinton, curada de espanto, le respondió con calma que cuando a ella le convenga, pero en el tira y afloja le regaló algún titular: «Ciertamente no antes de final de año» y «probablemente» a principios de 2015. Para los que opinen que eso es tardío, recordó que Bill Clinton no anunció oficialmente su candidatura hasta «septiembre u octubre de 1991», año y dos meses antes de las elecciones.

Si Hillary cumple el impreciso calendario todavía le llevará entre seis y nueve meses de ventaja, según cuándo anuncie la creación de un comité ploratorio, que es la noticia que todo el mundo está esperando. Especialmente gente como el propio vicepresidente Joe Biden, que no ha ocultado sus deseos de relevar a Barack Obama en el poder. En el largo etcétera que le sigue en la lista se barajan todo tipo de nombres, desde ídolos de la izquierda como la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, el senador independiente de Vermont Bernie Sanders, o candidatos más centristas como el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo o el de Massachusetts Deval Patrick. «Cada uno tomará la decisión en su propio momento, es algo muy personal», le dijo Clinton a Sawyer, defendiéndose de que su 'impasse' tiene atascado a todo el Partido Demócrata.

Según una encuesta de ABC, el 69% de los demócratas quiere ver a Hillary Clinton convertida en su candidata. «Yo sólo quiero acabar este año, viajar por el país, firmar libros, ayudar en las elecciones legislativas de mitad de mandato y entonces repasar las ventajas e inconvenientes», plicó a Sawyer.

A su alrededor todo el mundo actúa como si la decisión ya estuviera tomada y según quién mira el libro que publica hoy, también ella misma. A diferencia del primer tomo, 'Living history', en el que narró sus avatares de primera dama convertida en senadora, este es un libro de Estado en el que no se permite el lujo de utilizar la pluma para defenderse de los ataques, sino que tiene la intención de atestiguar su amplia periencia en seguridad nacional y política terior, ha dicho el crítico de libros del The New York Times. «Hay pocas noticias en este volumen, que es más el trabajo de alguien que quiere mantener abiertas todas sus opciones y ser conocido no sólo por dominar el arte de la diplomacia sino por tener los palos para elegir».

Clavarse las uñas

Con meticulosidad académica, Clinton organiza el libro por países, regiones y temas, como el cambio climático, la 'primavera árabe' o los derechos humanos, pero al igual que en su mandato como secretaria de Estado, no pone una visión que la haga pasar a la historia. Para quienes no tengan la curiosidad intelectual de ahondar tanto en política terior, la mujer que intentó ganar la Casa Blanca a Obama revela cómo se fundió el hielo entre ellos cuando el nuevo presidente llamó a su casa para sacarle a Bill Clinton ideas de asesores y pedirle a ella un encuentro. Pensó que quería trazar una estrategia para el Senado, sin imaginar que pudiera ofrecerle la cartera más importante de su Gobierno.

Clinton revela desde sus trucos para mantener los ojos abiertos cuando le ataca el 'jet lag' -clavarse las uñas de una mano en la palma de la otra- a engorrosas situaciones como aquella reunión de alto nivel en la que Obama la llamó aparte para lo que ella pensaba que sería una consulta confidencial. El presidente sólo quería hacerle saber que «tenía algo en los dientes».

Nada, sin embargo, que permita leer sus intenciones futuras. Para eso se calculará si el primer día de ventas supera los 40.000 ejemplares de su primer libro y eso revela un hartazgo que debería desalentarla o, por el contrario, si el millón de ejemplares vendido de manera anticipada significa que está más de moda que nunca.