La lista negra del poder rojo
Julio Iglesias era un «neofascista» para el KGB, que incluyó al cantante en su nómina de artistas vetados en las radios de la URSS
Actualizado:Julio Iglesias, aclamado más allá del telón de acero mucho antes de la caída del muro de Berlín, era para las autoridades soviéticas un «neofascista» cuyas canciones no debían llegar a oídos del pueblo ruso. El incombustible cantante de la voz de seda y la piel de bronce vende millones de discos en Rusia y da conciertos en Moscú o San Petersbugo cada temporada, con la infalibilidad del turrón en Navidad. Pero figuró en una lista negra del KGB con otro puñado de artistas a los que el Kremlin puso la proa.
Alexei Yurchak, catedrático en Berkeley y experto en cultura popular e ideologías, ha aireado un documento oficial titulado 'Una lista aproximada de bandas musicales extranjeras y artistas cuyos repertorios contienen composiciones ideológicamente perjudiciales' que incluye en su libro 'Todo era para siempre, hasta que dejó de serlo'. El autor del 'Hey!', 'La vida sigue igual' o 'Gwendolyne' era hace tres décadas una voz 'non grata' para el Gobierno soviético que metió al cantante español más universal en una lista 'petada' de grandes y sacrílegas leyendas de la música. De Donna Summer a Village People, pasando por AC/DC o Iron Maiden, la lista negra del poder rojo no deja estilo ni títere con cabeza. Hay grupos de inspiración satánica como Black Sabbath o Iron Maiden -«oscurantistas religiosos»- Judas Priest -«racistas y anticomunistas»- y siniestros cantantes de parecida onda, como el «vándalo» Alice Cooper.
La lista precisa las razones para la exclusión de cada artista. Para el KGB los australianos de AC/DC eran «neofascistas», como Julio Iglesias y el grupo 10cc. Donna Summer representaba un «estereotipo femenino inadecuado» para la población rusa; los extintos Ramones, «demasiado punk»; Van Halen, «un enemigo para la cultura soviética»; Tina Turner, «demasiado agresiva y sexual» y, por supuesto los «violentos» Village People pardigma de la depravación y la propaganda homosexual. Se acusaba a Pink Floyd de «interferir en la política exterior rusa en Afganistán» a Talking Heads de ser «una amenaza para el poder militar» y se metía en el mismo y negro saco de punkarras extraviolentos a Sex Pistols, B-52, Madness o Strangers. Los Kiss son ejemplo de «violencia nacionalista», toda una paradoja viniendo del KGB, que condena al grupo Crocus de encarnar un «violento culto a la personalidad». Por la explícita sexualiad de sus temas entran en lista Originals, Shannon English o Manish Machine.