La China que sí conmemora la matanza de Tiananmen
Ciudadanos y activistas se dan cita en Hong Kong en la vigilia más numerosa y corean consignas contra el Gobierno chino
HONG KONG. Actualizado: GuardarLos británicos devolvieron Hong Kong a China con la condición de que Pekín respetase su particular sistema socioeconómico durante medio siglo, hasta 2047. Así, bajo el lema 'un país, dos sistemas', nació una extraña anomalía: un territorio en el que ondean las cinco estrellas amarillas sobre fondo rojo sangre pero en el que las libertades individuales y los derechos humanos son una realidad protegida por la legislación local. Esa gran diferencia con la China continental se refleja cada 4 de junio, cuando miles de personas armadas con velas se dan cita en el Parque Victoria para recordar a los cientos de estudiantes que murieron en Pekín durante la masacre de Tiananmen.
Ayer, en el 25 aniversario de aquel negro episodio, su número fue de récord. Según la Policía, 99.500 ciudadanos abarrotaron el parque y sus aledaños, casi el doble que el año pasado. Según los organizadores fueron 180.000. En cualquier caso, muchos grupos de activistas sociales y políticos volvieron a rendir homenaje a la Diosa de la Democracia, aquella desafiante estatua de escayola que alumnos de Bellas Artes levantaron frente al retrato de Mao Tsetung en la tristemente famosa plaza pequinesa y protestaron contra la deriva autoritaria que está tomando el país. «La exigencia que se hace aquí es simple: que Pekín reconozca la masacre, que proporcione datos verídicos sobre lo sucedido, porque los familiares tienen derecho a saber qué sucedió con sus seres queridos y rendirles homenaje, y que compense a las víctimas», explica a este periódico la directora de Amnistía Internacional en Hong Kong, Mabel Au.
«Quienes participan en la vigilia del Parque Victoria lo hacen sin pretensiones secesionistas, conscientes de que son parte de China y lo que buscan es que la situación de los derechos humanos en el país mejore y que el mundo no olvide lo que sucedió hace 25 años», añade Au. «Desafortunadamente, vemos que es al revés. El arresto de activistas, incluso de aquellos que ni siquiera cuestionan el poder del Partido Comunista, se ha extendido en las semanas previas al 4 de junio. Y en lo que respecta a la ciudadanía china en general, aunque es cierto que la legislación ha mejorado mucho y recoge la protección de muchos más derechos de los ciudadanos, la implementación de la ley es casi nula», sentencia.
Es lo que piensa también Lung Kok, una joven que ayer desafió a sus padres, preocupados por su seguridad, para comprar una vela, vestir una camiseta decorada con la icónica fotografía del 'hombre del tanque' y gritar eslóganes contra el Gobierno chino durante la vigilia. «Soy estudiante universitaria, como muchos de los que salieron a protestar en Tiananmen, y creo que es mi obligación poner un grano de arena para que la situación cambie. Muchos de mis amigos aseguran que la vigilia no sirve para nada, pero yo no conozco ninguna otra forma de expresar lo que siento».
Entre los asistentes a la vigilia había multitud de ciudadanos chinos, muchos de ellos turistas. «No tenía ni idea de qué se celebraba esta noche [por ayer] y todavía no he digerido la información que estoy recibiendo aquí», reconocía un joven de la provincia norteña de Shandong que ha viajado a la excolonia británica con su pareja.