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Obama se compromete con Europa del Este
Pedirá al Congreso 733 millones de euros para reforzar la presencia de EE UU en Polonia y los países bálticos
VARSOVIA. Actualizado: Guardar«Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, un país europeo se ha apropiado por la fuerza de una región de otro país europeo», se había sincerado el ministro de Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, a The New York Times poco antes de la llegada a Varsovia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El canciller se refería a la anexión de Crimea por parte de Vladímir Putin y expresaba su esperanza en que Washington ayude a defenderse a los países que comparten frontera con Rusia, algunos de ellos además miembros de la OTAN como la propia Polonia o las repúblicas bálticas.
Obama, que comenzó ayer en la capital polaca una gira europea de cuatro días que le llevará también a Bélgica y Francia, anunció que mejorará la defensa del Este de Europa frente al expansionismo ruso. «Nuestro compromiso con la seguridad de Polonia, al igual que con la de sus aliados de Europa central y oriental, es un pilar de nuestra propia seguridad y es sacrosanto», declaró después de inspeccionar un escuadrón conjunto de F-16 estadounidenses y polacos. Una promesa quizá demasiado retórica para Sikorski, que se preguntaba horas antes: «Hay bases estadounidenses en Reino Unido, en España, Portugal, Grecia, Italia... ¿Por qué no aquí?».
A la inquietud de Varsovia, que ya antes del zarpazo de Putin en Ucrania se quejaba de un cierto abandono por parte de Washington y añoraba los tiempos de la Administración de George W. Bush, era necesario responder con alguna oferta tangible desde el país que alberga en su suelo a 10 millones de ciudadanos de origen polaco. Y ésta llegó en la rueda de prensa conjunta que Obama ofreció con el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, en la que propuso un plan dotado con 1.000 millones de dólares (733 millones de euros) para incrementar la seguridad en la región.
La partida aún tiene que aprobarla el Congreso de EE UU, aunque no habría que temer mayor oposición de unos republicanos que fustigan a Obama por lo que consideran indecisión y actitud demasiado blanda hacia Rusia.
Para allanar el terreno legislativo, la Casa Blanca precisó que la financiación de esta asistencia militar defensiva «no se hará a expensas de otras prioridades de defensa, como el compromiso estadounidense con el reequilibrio de la región Asia-Pacífico».
Polonia, con toda una historia de dominación rusa a sus espaldas y en la actualidad uno de los mayores 'halcones' de la Alianza Atlántica, sueña con un gran contingente de tropas norteamericanas en su territorio. Pero tendrá que conformarse con el apoyo militar de Washington que, al menos en público, el presidente Komorowski consideró satisfactorio para el actual nivel de amenaza. «Lo importante es que no haya ningún país, particularmente Rusia, que pueda decir dónde pueden estar las fuerzas de EE UU y dónde no», resumió el jefe del Estado polaco.
Moscú no oculta su alergia hacia la presencia de la OTAN en el Este de Europa. La Alianza y Rusia firmaron en 1997 un acuerdo según el cual las fuerzas occidentales no incrementarían de manera sustancial sus efectivos de combate en la zona y, en contrapartida, el Kremlin se contendría de amenazar por la fuerza «la soberanía, integridad territorial o la independencia política» de sus vecinos. Occidente entiende que el episodio de Crimea ha retratado a Putin.
«Debe tomar una decisión»
Obama, que hoy se entrevistará en la capital polaca con el presidente electo de Ucrania, Petro Poroshenko, admitió la necesidad de revisar las necesidades de defensa de Europa del Este a la luz de la crisis ucraniana. Y añadió que, aunque EE UU no está interesado en amenazar expresamente a Rusia, el Kremlin debe respetar la soberanía de su vecino y dejar de desestabilizarlo. Además, Putin tiene que ejercer su influencia sobre los separatistas prorrusos para que cesen en sus reclamaciones violentas y empezar a trabajar conjuntamente con el nuevo poder ucraniano. «Putin debe tomar una decisión», dijo el presidente de EE UU. «Esto es lo que le diré en público si le veo. Y es lo que ya le dije en privado».
En el encuentro que mantendrá hoy con Poroshenko, Obama le preguntará por las necesidades del país para saber «cuál es la mejor manera» de prestarle ayuda. «Vamos a dedicarle mucho tiempo a la economía» de Kiev, prometió. Y también a la de Rusia, habría que añadir, porque el presidente de EE UU insistió en que habrá nuevas sanciones si no deja de inmiscuirse en los asuntos ucranianos. Y, en un guiño a su anfitrión, el presidente reserva a Polonia «un papel muy importante en la recuperación de Ucrania».