Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
1
ESPAÑA

El Príncipe de las Américas

El futuro Felipe VI ha realizado más de un centenar de viajes a Latinoamérica para representar a la Corona

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

De haber tenido el continente americano un príncipe ese hubiera sido Felipe de Borbón, porque lo conoce de norte a sur. Estudió COU en Canadá, un máster de dos años en Washington, la capital de Estados Unidos, ha visitado México en múltiples ocasiones y se casó con la princesa Letizia, que tras una estancia de seis meses en el país azteca se fascinó aún más con la cultura mexicana, su gastronomía, picante incluido, y su música. Con el resto del continente sus nexos son esporádicos pero regulares. Fue impasible víctima de terremotos y bombazos. Con más de 100 viajes a la región, le falta conocer Cuba. Lo más cerca de la isla caribeña fue en enero de este año cuando visitó el 'stand' durante la inauguración de Fitur.

El futuro rey de España tenía apenas 15 años cuando viajó a Colombia en el que sería su primer viaje oficial. Arropado por el entonces presidente Felipe González, asistió el 31 de mayo de 1983 a la celebración del 450 aniversario de la fundación de la ciudad colombiana de Cartagena de Indias. Mostró su temple pasando revista a las tropas que le rindieron honores. Regresó oficialmente a Iberoamérica el 14 de enero de 1996 para representar por primera vez a don Juan Carlos en la toma de posesión del presidente de Guatemala. Desde entonces sus viajes no han cesado.

Uno de los más dolorosos tuvo lugar en noviembre de 1998. Aterrizó en una Honduras devastada por el huracán 'Mitch' que, según datos oficiales, mató a 6.600 personas, dejó 8.052 desaparecidos, 1.000 heridos, 1.400.000 damnificados, 220.000 casas destruidas total o parcialmente, 169 puentes destruidos y al menos seis comunidades desaparecidas. España, junto con Estados Unidos, fue uno de los primeros países en responder a la emergencia. El Príncipe estaba demasiado elegante para las circunstancias con una americana y unos preciosos zapatos marrones que acabaron en el fango. Los hondureños, pero sobre todo las féminas, se le acercaban arrobadas.

El curioso fenómeno de fervor por la realeza no era novedoso. Ha ocurrido durante las visitas de sus padres, bien juntos o por separado. Se da en un continente, fundamentalmente en el área de influencia hispana y portuguesa, donde los libros de Historia se refieren al descubrimiento de América como a un genocidio y la etapa colonial como un paso terrible que se superó con las guerras de independencia. Pero después la gente, comenzando por gobernantes beligerantes como fue Hugo Chávez y es Evo Morales, elogian al Monarca y al Príncipe.

Bomba de las FARC

El futuro Felipe VI ha pasado algún que otro susto que superó con gran temple. Por ejemplo, el 7 de agosto de 2002, sintió un estruendo, al igual que otros cientos de invitados, a la investidura del colombiano Álvaro Uribe. La guerrilla de las FARC acababa de atentar contra el palacio presidencial con seis bombonas de gas cargadas de dinamita. La detonación se produjo apenas tres minutos antes de que comenzara el acto. Las cargas no dieron de lleno contra el palacio pero sí en una zona próxima. En total 16 personas murieron y 26 resultaron heridas. Después volvió a Colombia en otras ocasiones. La primera, acompañado por su esposa Letizia Ortiz, fue en mayo del 2009 para inaugurar en Medellín el V Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo.

Otro momento tenso vivido por el príncipe Felipe en sus viajes por Latinoamérica tuvo lugar con el terremoto de 6,9 grados en la escala Richter que se sintió durante la investidura del presidente chileno Sebastián Piñera. Aquel 11 de marzo de 2010, el futuro rey de España permaneció imperturbable en su lugar, pero con la mirada puesta en los techos. El colosal edificio del Congreso resistió el embate de la naturaleza. El sur del país quedó destrozado.

Don Felipe tiene un vasto conocimiento de América y sus gentes e incluso podría llegar a ocupar un lugar en el corazón de los latinoamericanos, que le conocen. Todo ello en una región que ha sido republicana desde su independencia, salvo brevísimos periodos de monarquías en Brasil y México. Según el antropólogo e historiador mexicano Miguel León-Portilla, la zona es fruto del «encuentro de dos mundos», que con una lengua común y fuertes lazos históricos deberían apoyarse más y mejor.