La inflación en la zona euro cae de nuevo al 0,5% en mayo y presiona aún más al BCE

Eurostat volvió ayer a dar el enésimo argumento al BCE para que mañana apruebe una batería de medidas «no convencionales», a fin de impulsar una economía europea que continúa aletargada aunque, eso sí, lejos del abismo que le atenazaba hace apenas un año. El motor no termina de carburar, como lo evidencia la inflación, que en tasa interanual retrocedió dos décimas en mayo situándose de nuevo en un peligroso 0,5%.

Esta nueva bajada del IPC no ha sorprendido ya que la subida de abril estuvo condicionada por la Semana Santa. El 0,5% de mayo se basa en la moderación de los precios de los servicios (subida del 1% frente al 1,6% interanual de abril), así como en la contención de los alimentos, el alcohol y el tabaco, cuyo coste apenas subió una décima.

Por su parte, los precios de la energía no variaron respecto al mes anterior, cuando en tasa interanual cayeron el 1,2%. La inflación subyacente, que excluye la volatilidad de los precios de la energía y los alimentos frescos, se situó en el 0,7%, tres décimas menos que en abril.

Esto acerca las medidas extraordinarias que estudia el BCE. Entre ellas, además de la bajada de tipos, está un inyección de liquidez de 40.000 millones para préstamos a pymes, que obligaría a los bancos a cambio de financiación barata.