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El Gobierno palestino acaba con siete años de división

Tres de los ministros del nuevo Ejecutivo de unidad se perdieron la toma de posesión porque Israel no les permitió salir de Gaza

PAULA ROSAS
EL CAIRO.Actualizado:

Después de siete años de agria y en ocasiones sangrienta división, los palestinos estrenaron ayer un Gobierno de reconciliación que permita avanzar en la creación de una Palestina independiente. El Gabinete que Al-Fatah y Hamás han conseguido hilvanar tras largas negociaciones gobernará de forma interina hasta que se celebren elecciones, en principio el año que viene. Israel ya ha anunciado que no negociará con el nuevo Ejecutivo y que responsabilizará a la Autoridad Nacional Palestina de los posibles ataques contra su seguridad que puedan ser lanzados desde la Franja de Gaza.

El que juró el cargo ante el presidente Mahmud Abás es un Gobierno de continuidad, ya que nueve de los diecisiete ministros proceden del Ejecutivo anterior de la Autoridad Nacional Palestina. Desde Ramala se ha insistido en que se trata de un equipo técnico sin afiliación política. Liderando el Gobierno estará Rani Hamdala, que mantiene el puesto de primer ministro, ocupará la importante cartera de Interior y, temporalmente, el Ministerio de Prisioneros Políticos, por cuyo mantenimiento ha peleado Hamás.

Por primera vez desde 2007, cuando Hamás se hizo con el control de Gaza tras expulsar por las armas a Al-Fatah de la Franja, una sola autoridad política gobernará ambos territorios, aunque no está claro, por el momento, cómo se va a trasladar esta situación al día a día en una nación partida en dos y con una parte incomunicada por el aislamiento al que la somete Israel. El primer ejemplo de los enormes retos a los que se enfrenta este nuevo Ejecutivo lo protagonizaban ayer mismolos tres miembros del flamante Gabinete que viven en Gaza y que no pudieron acudir a la ceremonia, ya que las autoridades de Tel Aviv se negaron a autorizar su salida de la Franja.

El acuerdo de reconciliación, que se anunció en abril, culmina más de tres años de negociaciones y vaivenes políticos, que se plasmaron en los pactos de El Cairo y Doha de 2011 y 2012 respectivamente.