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LATINOAMÉRICA

Sorpresa y expectación hacia el futuro monarca en Iberoamérica

Los medios recuerdan que el sucesor ya ha representado a la Corona en 69 tomas de posesión de presidentes

MILAGROS L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

La noticia de la abdicación sorprendió en Latinoamérica casi tanto como en España. Los medios recordaron el papel del Rey en la democratización española, los escándalos de corrupción, los años de buenas relaciones con los gobiernos de la región y también el «¿por qué no te callas?» que le espetó al fallecido Hugo Chávez. E igualmente destacaron la cercanía del futuro Felipe VI, quien ha representado a la Corona en 69 tomas de posesión de mandatarios de la zona.

Los diarios reproducen noticias de agencia recordando que Juan Carlos I impulsó las cumbres iberoamericanas, aunque la importancia de este foro decreció en paralelo al bajón de popularidad del monarca, que realizó 80 viajes a esta región. El primero en 1976 a la República Dominicana, Colombia y Venezuela.

El diario colombiano 'El Tiempo' destacó su mandato como «uno de los reinados más largos de la historia» y su «nuevo estilo en las relaciones con Iberoamérica, con su asistencia a todas la cumbres desde 1991, salvo la de 2013. Al futuro Felipe VI lo presentó como «el discreto heredero del trono español».

Los medios de la región coinciden en referirse al momento «especialmente delicado» elegido por el monarca para traspasar la representación del Estado a su hijo. Hablan de la crisis económica, la ruptura del bipartidismo en las elecciones europeas, el desafío soberanista catalán, el desplome de la popularidad y la necesidad de regeneración institucional. El canal venezolano Telesur incidió en lo que consideró errores y destacó la convocatoria de grupos republicanos para reclamar un referéndum sobre la idoneidad de la «anacrónica» monarquía.

Fidel y Chávez

En Cuba, el historiador Eusebio Leal no pudo cumplir su deseo de ver al Rey sentado en el trono que esperó durante años en el salón del palacio de los capitanes generales -donde residía la máxima autoridad durante la colonia-. Leal invitó a Juan Carlos I a usarlo durante su visita para la cumbre de 1999, calificada como «privada con proyección pública». El monarca declinó.

La campechanía del Rey le granjeó la simpatía de Fidel Castro, quien lo calificó de «caballero» y aseguró que «prestó un servicio extraordinario a España cuando se produjo el disparate de golpe de Estado aquel» (el 23-F). Y también la del fallecido gobernante venezolano. Chávez relató el encuentro: «Llego a la primera cumbre y veo que Fidel le dice 'su majestad'. Entonces digo: Si Fidel le dice 'su majestad', entonces 'su majestad', pero en privado le digo Juan Carlos, y bromeamos y todo».