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ESPAÑA

Un maestro de la diplomacia

La influencia internacional del jefe del Estado le ha convertido en un valioso mediador de España

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La política exterior ha sido uno de los ámbitos donde con mayor facilidad ha sabido moverse don Juan Carlos a lo largo de sus 39 años de reinado, un tiempo en el que ha visitado más de un centenar de países. Su figura es una de las más respetadas de la esfera internacional en lugares como América Latina o la península arábiga, áreas donde el soberano ha sabido exprimir al máximo su buena sintonía con los gobernantes de turno.

Marruecos es uno de los países donde mejor ha sido recibido el jefe del Estado. La estrecha amistad que mantuvo con Hassan II ha perdurado con Mohamed VI. «Le he dicho al rey que igual que era mi hermano el rey Hassan II, ahora soy yo su hermano mayor», afirmó don Juan Carlos en 1999, tras el entierro del padre del actual soberano alauí.

Desde entonces, España y Marruecos han chocado en temas como la crisis de Perejil o la reclamación territorial de Ceuta y Melilla, problemas en los que el Rey siempre ha empleado su proximidad a Mohamed VI para aliviar tensiones y evitar males mayores. Su último viaje al país vecino fue el pasado julio. Allí fue agasajado durante cuatro días por Mohamed VI, que trató a su homólogo español como si de un miembro de la familia real marroquí se tratara.

Entre las monarquías del Golfo Pérsico España ha tenido en don Juan Carlos a su más valioso ministro de Exteriores. Sus lazos con Arabia Saudí, Catar, Kuwait o Emiratos Árabes Unidos quedaron de manifiesto a lo largo de estos últimos meses durante los viajes que el monarca realizó a esta parte del mundo. Jordania es otro de los países musulmanes con los que mantiene un especial contacto debido a la amistad que fraguó con su anterior soberano Huseín I.

Peso en Iberoamérica

El Rey se ha granjeado en América Latina tanto o incluso más respeto que en el mundo árabe. Desde el primer momento se comprometió con la creación de una comunidad Iberoamericana, cuya máxima expresión son las conferencias de jefes de Estado y de Gobierno que desde 1991 se han venido celebrando anualmente de forma ininterrumpida.

Su compromiso con estas citas se demuestra en el hecho de que hasta el año pasado nunca había faltado a una de estas cumbres. A lo largo de su dilatado reinado el monarca ha lidiado con toda clase de dirigentes latinoamericanos. De derecha y de izquierda. Así, en Santiago de Chile se enfrentó en 2007 a Hugo Chávez con su célebre: «¿Por qué no te callas?». Tras aquel incidente, ambos lograron, al menos en apariencia, recomponer sus relaciones y el Rey llegó a regalar al mandatario venezolano una camiseta con la famosa frase estampada.

También trató muchos años con Fidel Castro, con quien mantuvo una relación cordial y al que visitó en La Habana en 1.999. Y con EE UU ha mantenido siempre estrechas relaciones, independientemente del inquilino del despacho oval. A pesar del malestar que causó en Washington la retirada de las tropas de Irak ordenada por José Luis Rodríguez Zapatero, don Juan Carlos fue recibido por George W. Bush en su rancho tejano de Crawford aquel mismo 2004.

«Don Juan Carlos no firma contrato, pero crea el clima». Esta frase pronunciada el pasado abril por Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey, resume el papel que ha jugado el jefe del Estado en la consecución de suculentos contratos internacionales para las empresas españolas. Con este objetivo el monarca ha viajado por todo el globo acompañado por los responsables de las principales compañías del Ibex-35.

Su mediación ha resultado capital para lograr adjudicaciones millonarias, como la del Tren de Alta Velocidad que une Medina y La Meca. Su don de 'facilitador' ha llevado a que sus últimos viajes hayan tenido un alto contenido económico. Además de al Golfo Pérsico, los pocos viajes que su salud le ha permitido realizar, han sido a países como Brasil o la India, donde España quiere obtener un trozo del pastel en el proceso de modernización de potencias mundiales.

La agenda internacional corresponderá a partir de ahora a Felipe VI. El futuro rey lleva ya, no obstante, mucho terreno recorrido. Solo en América Latina ha asistido desde 1996 a las tomas de posesión de todos los mandatarios de este área geográfica.