EL LEGADO DEL REY
Actualizado: GuardarLa verdadera imagen del reinado de don Juan Carlos empieza a formarse ahora, cuando su abdicación nos permite contemplar treinta y ocho años de la historia de España de un solo vistazo. Se trata de una etapa de grandes logros políticos y de transformación económica y social del país, una fase en conjunto ascendente, por muchos problemas que hoy se dibujen en el horizonte. La contribución de don Juan Carlos a este progreso ha sido gigante, primero como 'motor del cambio' y luego, durante muchos años, como monarca constitucional, admirado y con gran capacidad personal de impulsar el proyecto de una España moderna, plural y en paz. La figura y la obra del Rey son todavía más grandes si tenemos en cuenta su nacimiento en el exilio y su accidentada llegada a España con diez años, sin los suyos, para educarse como español. Su Familia tuvo que superar enormes dificultades e incertidumbres para recuperar el trono, con pocos apoyos y en medio de muchas dudas sobre si un Príncipe designado por un dictador podría desmontar el franquismo. El Rey lideró una transición política ejemplar en muchos sentidos, presidida por el ideal de la concordia, detuvo el golpe de Estado de 1981 y facilitó la alternancia política. Se convirtió a lo largo de su reinado en el mejor Embajador posible, acumulando un conocimiento de dirigentes extranjeros y de los asuntos internacionales verdaderamente extraordinario. Fue capaz de reconocer errores personales y luchó con problemas físicos, que con la edad se complicaron. La decisión tomada ayer de abdicar en el Príncipe Felipe es un rasgo más de generosidad y de altura de miras. Acierta en la elección del momento, por el respaldo que concita la institución. Permite abrir una nueva etapa con un heredero muy preparado, capaz de escribir la siguiente página sobre el servicio que presta la Corona a España.