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Economia

Las eléctricas pugnan por atraer al mercado libre a 15 millones de usuarios

Los clientes domésticos acogidos a tarifa regulada ya sólo suponen el 60%, frente al más del 90% de hace 5 años

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Las compañías eléctricas pugnan por atraer al mercado libre a los 15 millones de consumidores domésticos (con una potencia contratada inferior a los 10 kilovatios) que aún permanecen bajo el paraguas de la tarifa regulada, actualmente denominada Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC). Desde que hace cinco años el Gobierno creara la Tarifa de Último Recurso (TUR), las cinco empresas obligadas a comercializarla (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, EDP y E.On) se han aplicado en la tarea de trasvasar clientes al mercado libre, donde el precio está pactado entre ambas partes. Y poco a poco la balanza se va inclinando hacia ese lado. De hecho, los usuarios domésticos acogidos a la tarifa regulada suponían a mediados de 2009 más del 90% del total, y a diciembre del pasado año ya sólo suponían el 60%.

Este proceso de liberalización del mercado minorista de la electricidad -como el de otros sectores de la economía, por ejemplo las telecomunicaciones- es defendido por las instituciones europeas, el Gobierno español, y la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Sin embargo, el órgano regulador vigila de cerca los métodos que las compañías usan para tratar de captar clientes entre los usuarios del PVPC. El día 17 de mayo hizo público el inicio de una investigación para determinar si las comunicaciones y anuncios realizados por alguna de las eléctricas -en los que se explicaban las diferentes opciones de contratación del suministro que en estos momentos tienen los usuarios- son «equívocos» y contrarios a las leyes de la competencia. Este toque de atención causó perplejidad en la compañía afectada (Endesa) puesto que el anuncio en cuestión -publicado en prensa y radio- había pasado los filtros pertinentes del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Las asociaciones de consumidores temen que las compañías aprovechen el cambio en el modelo de facturación de la luz -bastante más complejo, y que deja al consumidor básicamente con tres opciones de contratación- para dar un fuerte impulso a sus estrategias de captación de clientes. «Utilizan artimañas, engaños puros y duros. Lo que ha generado el Gobierno es más confusión; abrir la puerta a que sinvergüenzas se presenten en casa y sigan engañando a los consumidores. Algunos de esos comerciales incluso dicen ir de nuestra parte», denunciaba días atrás en una entrevista radiofónica Ileana Izverniceanu, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Fuentes de las empresas eléctricas consultadas por este medio mantienen que el nuevo escenario de precios no ha modificado sustancialmente sus políticas comerciales, y aclaran que lo único que se limitan a hacer es «comunicar al cliente las mejores ofertas. Al final, es una decisión suya». De todas formas, las compañías no ocultan que «la situación óptima» para un consumidor es «tener la tranquilidad de unos precios que no cambian siguiendo a mercados volátiles, distintos cada hora del día». «Por eso, -explican en Iberdrola- ponemos a disposición del cliente una gama de opciones en mercado libre, todas ellas con precios estables (suele haber uno fijo para el kilovatio hora en todo el periodo de contratación), de tal manera que se puede optar por la alternativa que más se adapta a sus circunstancias personales».

Tarifa «deficitaria»

Hay otra razón por las que las cinco comercializadoras que venden la luz a los consumidores quieren llevarlos al mercado libre: la tarifa regulada, pese a que por ley se les destina un margen de ganancia, «es deficitaria. De ahí la deuda tarifaria acumulada todos estos años», argumentan. Sin embargo, muchas de las ofertas que las eléctricas -grandes o pequeñas- tienen para el mercado libre han estado referenciadas a la TUR -o ahora, al PVPC-, con pequeños descuentos ya sea en el término fijo o en el de la energía consumida.

Ocurre que en la mayoría de estos acuerdos bilaterales se ofrecen otros servicios que las compañías consideran «de valor añadido», como paquetes de luz y gas, servicios de mantenimiento de calderas, contratos 'on line' que contribuyen a reducir los gastos de gestión de las compañías, etc... «Estos contratos permiten fidelizar a un gran número de clientes», explican en EDP, la única de las cinco grandes comercializadoras que tienen más clientes de luz en el mercado libre que bajo tarifa (647.000 frente a 223.000).

Estos 'extras' no pueden ser incluidos en las ofertas alternativas de electricidad para un año -también a un precio fijo para el kilovatio/hora- que las compañías están obligadas por ley a ofrecer a los usuarios. De ahí los precios claramente disuasorios que las cinco comercializadoras de último recurso remitieron a la CNMC.