La condenada a muerte por apostasía en Sudán será liberada en los próximos días
El Ministerio de Asuntos Exteriores confirma que Meriam Yehya Ibrahim saldrá en breve de prisión
Actualizado:La mujer condenada a la pena capital en Sudán por un delito de apostasía será liberada a lo largo de los próximos días, según reveló ayer Abdullahi Alzareg, un subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores del país africano. Meriam Yehya Ibrahim, que dio a luz a su segundo hijo hace cuatro días en la cárcel, fue sentenciada a recibir un centenar de latigazos por la comisión de adulterio y a morir en la horca por haberse convertido al cristianismo. Las embajadas occidentales y Amnistía Internacional han exigido en numerosas ocasiones la retirada de los cargos y la salida de prisión.
La presa creció en la fe de su madre, una etíope de creencias cristianas ortodoxas y apenas mantuvo contacto con su padre, nativo musulmán, ya que sus progenitores se divorciaron cuando tan sólo tenía seis meses. Al parecer, sus hermanos la denunciaron apelando a la ley sudanesa, que adscribe a los ciudadanos en función de la fe paterna.
La misma legislación negó la validez del matrimonio de esta doctora de 27 años con un norteamericano de origen sursudanés, también cristiano, con el que ya ha tenido un hijo que permanece junto a ella. Ni su esposo ni el abogado defensor han podido visitarla tras su segundo alumbramiento.
El portavoz ministerial ha afirmado que Jartum garantiza la libertad religiosa. La condenada, durante la vista, fue conminada en vano por los jueces a regresar al islam para evitar la pena, y el castigo de los latigazos fue pospuesto al final del periodo de lactancia.
El caso de la doctora cristiana también ha ocasionado un debate en el país, de mayoría musulmana y regido por la 'sharia', ya que grupos cívicos han reclamado su puesta en libertad y varios juristas han señalado la improcedencia del caso, habida cuenta que Sudán ha ratificado los tratados internacionales que garantizan la libertad religiosa. Aunque se han producido varios procesos relacionados con el delito de apostasía, en los últimos trece años ninguno ha desembocado en la ejecución del condenado.