Mónaco espera heredero
Los príncipes Alberto y Charlene anuncian la llegada de su primer hijo cuando están a punto de celebrar tres años de matrimonio
Actualizado:Los 35.000 súbditos de Mónaco respiran tranquilos. «El príncipe Alberto II y la princesa Charlene tienen el inmenso placer de anunciar que esperan un feliz acontecimiento. El nacimiento está previsto para fin de año», anunciaba ayer un comunicado de la casa real. Los monegascos llevaban esperando la noticia desde hace tres años, cuando la boda de los príncipes les dio motivos para confiar en la continuidad dinástica. El bebé, del que no se ha facilitado el sexo, será el primero en la línea de sucesión, puesto que hasta ahora ocupaba la princesa Carolina, hermana del soberano.
El embarazo de la nadadora olímpica que pasó de plebeya a alteza serenísima llega en un momento en que no se han conseguido acallar los rumores sobre la estabilidad del matrimonio y las dificultades de la sudafricana para adaptarse a la vida en el Palacio Grimaldi. Su tristeza ha ocupado tantas páginas de papel couché como las dudas sobre las tendencias sexuales su marido. Sin embargo, Charlene Wittstock, de 36 años, siempre ha rebatido los comentarios maliciosos: ella no intentó huir antes de la boda, ve a Alberto, de 56, como el hombre de su vida y los primeros años han sido de adaptación.
A los monegascos les va algo más que la simpatía en el embarazo de la princesa: del heredero depende que siga existiendo un paraíso fiscal donde se lavan fortunas y que Francia lucha por engullir. La marca Mónaco ha resistido las cuitas de una monarquía de (falso) cuento de hadas que ha proporcionado escándalos cíclicos, de la muerte de Grace Kelly en un accidente de carretera jamás esclarecido, a la pintoresca vida sentimental de las hermanas Carolina y Estefanía.
En cuanto a Alberto Alejandro Luis Pedro de Mónaco, le costó unas cuantas décadas superar su alergia al compromiso. Sus dos hijos reconocidos jamás herederán el trono pero recibirán parte de su fortuna. La mayor, Jazmin Grace, tiene 22 años y estudia en California; su madre es una camarera que pasó unas vacaciones en la Costa Azul y vivió un idilio de dos semanas con el príncipe. El pequeño Alexander Eric, de 11, vive en Suiza. De la azafata togolesa que dio la exclusiva de su existencia en 'Paris Match' nada más se supo.