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Susana Díaz acompañada por el consejero de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, y el portavoz socialista, Mario Jiménez. :: J. MUÑOZ. EFE
ANDALUCÍA

El PP advierte a Díaz que Andalucía necesita una presidenta «a tiempo completo»

«Usted no tiene derecho a abrir un nuevo tiempo de inestabilidad política», le espetó Carlos Rojas en el Parlamento

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El futuro político de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, fue ayer casi el único tema de conversación en el Parlamento andaluz. La incógnita sobre si cederá o no a las presiones de los barones socialistas para liderar el PSOE a nivel nacional voló de corrillo en corrillo con cábalas para todos los gustos. En la sesión de control solo el portavoz del PP, Carlos Rojas, tocó el tema, pero su insistencia para que la presidenta desvelara qué va a hacer no obtuvo respuesta. «Le agradezco que se preocupe por mi futuro», dijo con ironía Susana Díaz. Fue su única mención al asunto.

Lo único hasta ahora manifestado por Susana Díaz es que la Junta es «su prioridad». Fuentes de su entorno aseguran que la presidencia es irrenunciable para ella. En el debate ayer dijo que es «plenamente consciente» de su «compromiso y responsabilidad» con los andaluces y defendió varias veces su papel de presidenta.

Varios dirigentes del PSOE, como José Antonio Griñán e incluso el mismo Alfredo Pérez Rubalcaba, han señalado que esta responsabilidad es compatible con la secretaría general del PSOE. No sería el primer caso. Hay un antecedente, el de Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla la Mancha y secretaria general del PP, aunque ésta es número dos.

Sobre la compatibilidad de ambos cargos sigue la división de opiniones entre los socialistas andaluces. Hay quienes ven bien que Díaz tome las riendas del partido y compagine este cometido con el de presidenta de la Junta. Hay otros que consideran que podría ser castigada por el electorado, lo que haría perder a la nueva lideresa el único bastión de poder socialista, Andalucía.

Advierten también de que el PP aprovecharía esta circunstancia para erosionar a la presidenta. En el rifirrafe, Rojas ya le pidió «menos partido y más Andalucía». «Necesitamos una presidenta a tiempo completo y con los cinco sentidos en Andalucía», reclamó. «Tenemos muchos problemas que resolver y ni usted ni nadie tiene derecho a abrir un nuevo tiempo de inestabilidad política en Andalucía», prosiguió en alusión a que Díaz es la tercera presidenta socialista en cinco años, tras suceder a Griñán el pasado septiembre, quien a su vez sucedió a Manuel Chaves en abril de 2009. La Junta no conoce un tiempo estable desde entonces.

El portavoz de los populares le espetó que no gobierna porque «ha pasado ocho meses esperando la oportunidad de sustituir a Rubalcaba y han sido ocho meses perdidos para Andalucía». También que si «sólo piensa en Ferraz, allá usted, pero no haga de los problemas del PSOE un problema de Andalucía».

Tampoco el socio de gobierno, Izquierda Unida, ve bien una dedicación a medias. El portavoz de IU, José Antonio Castro, eludió el tema durante el debate con Susana Díaz, pero el día antes reclamó a la presidenta «dedicación exclusiva, total y plena».

Hermetismo

Pese a la presión, Susana Díaz mantiene su hermetismo y quienes le conocen aseguran que seguirá en silencio hasta que no haya consenso en torno a su liderazgo. La polítíca andaluza ya avanzó el miércoles en su comparecencia con el grupo socialista que quiere un congreso federal como el que le aupó a ella como secretaria general en Andalucía.

En el debate en el Parlamento siguió el guión de otras veces. Anunció dos nuevos planes de su Gobierno, uno sobre turismo y otro dotado con 106 millones de euros para parados de más de 30 años. Díaz también exhibió su victoria del domingo en las europeas en Andalucía para exigir a Rajoy a que recapacite y acepte su propuesta de «un nuevo tiempo de cooperación» con Andalucía. La presidenta lamentó el «silencio» y los «obstáculos» que achaca al Gobierno de Rajoy como respuesta a su mano tendida. Recordó, entre otros asuntos, la negativa a un plan especial de empleo.

Pero sobre todo defendió frente a Rojas su entrega a su cometido de presidenta. «Yo estoy haciendo lo que los ciudadanos esperan de su presidenta y los resultados están ahí», replicó a Rojas arrogándose los datos de empleo en mayo que avisó que serán «también buenos para Andalucía».