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Miembros de una mesa electoral esperan la llegada de votantes en un colegio en El Cairo. :: AMR ABDALLAH DALSH / REUTERS
MUNDO

Egipto amplía un día las presidenciales

El pánico al boicot y la necesidad de legitimar al ganador con una elevada participación lleva a habilitar una tercera jornada de votaciones

PAULA ROSAS
EL CAIRO.Actualizado:

Habían dado el día libre a los funcionarios y pedido a las empresas que hicieran lo mismo con sus empleados. El metro y los trenes circularon de forma gratuita. Los principales centros comerciales cerraron pronto sus puertas para que el aire acondicionado y los escaparates no se convirtieran en refugio y distracción para los posibles votantes. Ruidosas caravanas de furgonetas equipadas con enormes altavoces y música festiva a todo volumen recorrieron todo el día las calles de la capital animando a los egipcios a votar. Los presentadores de las principales cadenas de televisión, casi todas ellas simpatizantes del más que claro ganador de estos comicios, Abdelfatah el-Sisi, machacaron durante todo el día, incluso llegaron a amenazar -«Deberían pegarle un tiro, o que se dispare ella misma», llegó a decir el inclasificable Tawfiq Okasha de una boicoteadora-, a los posibles votantes. Pero las modestas colas de los colegios electorales no crecían ayer, y la estampa de algunos centros era desoladora.

A pesar de ello, la Comisión Electoral egipcia decidió extender a un tercer día los comicios presidenciales para dar la oportunidad «a un mayor número de egipcios a ejercer su derecho al voto», alegando que habían recibido muchas quejas por la ola de calor que ha sofocado estos días el país. Aunque nadie duda de que el exjefe del Ejército arrasará en las elecciones, una cifra fuerte de participación es fundamental para legitimar el resultado, y la impresión generalizada en los dos primeros días de votación es que las cifras podrían ser bastante pobres.

El entorno de El-Sisi tiene una fijación con conseguir más de los 13 millones de votos que en 2012 entronizaron al hombre que él mismo derrocó el pasado verano, el islamista Mohamed Mursi. El exmariscal podría llevarse su primer revés si no alcanza esta cifra, fundamental para justificar la narrativa golpista de que la intervención del Ejército se debió al clamor popular. Aunque la decisión de ayer de la Comisión Electoral buscaba favorecer al candidato oficialista, la polémica que ha desatado parece, sin embargo, aumentar su descrédito.

«Está completamente injustificado», denunciaba ayer un colaborador del único rival de El-Sisi, el izquierdista Hamdin Sabahi. La campaña del naserista, que quedó tercero en 2012, rechazó ayer la ampliación de los comicios a un tercer día, y presentó una queja formal a la comisión. La campaña de El-Sisi también mostró su rechazo, pero las decisiones de este órgano son inapelables, por lo que los colegios seguirán abiertos hoy.

«Ya no saben qué hacer para aumentar la participación, están desesperados», señaló el asesor de Sabahi, que estimaba ayer el número de votantes en el primer día de comicios en «no más del 15%, aunque al final anunciarán lo que les venga en gana, porque hemos constatado multitud de irregularidades».

Vuelta al pasado

«No es que tenga miedo a regresar a los tiempos de (Hosni) Mubarak, es que ya hemos vuelto a ese momento», se quejaba ayer Abu Said, un taxista que no piensa acudir a las urnas «porque yo ya elegí presidente en 2012», aseguraba en referencia a Mursi. Otros defensores del boicot, al que han llamado tanto los Hermanos Musulmanes como grupos de jóvenes revolucionarios como el Movimiento 6 de Abril, se burlaban ayer de la decisión de la Comisión Electoral asegurando que Egipto había fundado un nuevo tipo de comicios «abiertos» que finalizarían «cuando se consiga un porcentaje decente».

Pero simpatizantes de El-Sisi como Azza Mohamed, que votó a primera hora de la mañana «para evitar el calor», agradecían el gesto de las autoridades: «No hay que verle siempre los tres pies al gato, un día más de elecciones puede favorecer a El-Sisi, pero también a Hamdin ¿no?».