La presidenta andaluza asegura que su prioridad es la Junta
Los socialistas de esa federación tratan de marcar los tiempos tras convertirse en el mayor sostén del partido
SEVILLA. Actualizado: Guardar«Mi prioridad es Andalucía». La secretaria general del PSOE andaluz Susana Díaz mandó ayer un mensaje de calma a los suyos después de que todos los ojos estén puestos en el papel que jugará la región de cara al próximo congreso regional y el posible salto de la también presidenta autonómica a la dirección federal. Y frente a la avalancha de declaraciones de pesos pesados posicionándose, la cúpula de los socialistas andaluces trató de marcar sus propios tiempos y aseguró que el relevo de Alfredo Pérez Rubalcaba apenas fue abordado en a reunión del comité ejecutivo regional.
La primera reunión de la ejecutiva del PSOE-A se centró a analizar los buenos resultados obtenidos en las elecciones europeas, donde los socialistas han vencido en el 88% de los municipios de la comunidad autónoma, pese a que han perdido miles de votos respecto a 2009 y han recuperado ciudades importantes como Málaga, Jerez o Marbella, sacando además una ventaja de casi diez puntos sobre el PP. «Nadie le ha preguntado si se va a ir a la secretaría general», aseguraron varios miembros de la Ejecutiva, insistiendo en que ahora «toca disfrutar» del triunfo.
Pese a ese silencio, Díaz fue «clara y rotunda» al asegurar tanto en esa reunión como en un almuerzo previo con los ocho secretarios provinciales que su prioridad «es la Junta de Andalucía y los andaluces». El mismo mensaje que ella misma repitió poco después a los periodistas a su llegada a la sede del partido en Sevilla y que durante toda la jornada machacaron con insistencia los socialistas desde diversos escenarios. La presidenta autonómica también desmintió haber sido quien forzó al todavía secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba a ceder el testigo mediante un congreso extraordinario y no con las primarias, como promueven algunos de los pesos pesados de la formación.
No obstante, el otro mensaje lanzado por la baronesa socialista es el de calma. Así, algunos dirigentes provinciales dejaron claro que «todavía hay mucho tiempo para abordar lo que hay que hacer» respecto al congreso extraordinario de julio, y que apoyarán cualquier decisión que Díaz adopte. De hecho, tampoco se pronunciaron sobre la viabilidad real de mantener su compromiso con Andalucía y compaginarlo con la secretaria general del partido.
Los responsables provinciales subrayaron no obstante el respaldo dado por Andalucía al proceso abierto por Rubalcaba, e insistieron en que «vamos a favorecer el buen desarrollo del Congreso desde nuestra responsabilidad». En cualquier caso, y tras el resultado de las europeas, donde sólo Andalucía ha podido contener la sangría de votos, el PSOE-A sabe que tiene la sartén por el mango y quieren ser ellos quienes marquen sus propios tiempos. El objetivo «irrenunciable», eso sí, es acudir «con fuerza» y ejerciendo su «responsabilidad» para que se inicie una nueva etapa y que el partido recupere la confianza y vuelva a conectar con la mayoría social, según explicaron.
De momento, las opiniones internas siguen dividas. Algunos dirigentes valoran en privado que se trata de una oportunidad única para una política ambiciosa que ya se ha convertido en la primera mujer en liderar la organización andaluza, unificando en torno a ella un partido convulso. Otros, no obstante, sostienen que Susana Díaz todavía tiene carrera política por delante y abogan por asentar el poder en Andalucía ganando las próximas autonómicas, y ponen de relieve el problema que se abriría de nuevo en Andalucía al quedar descabezado el principal feudo socialista.
Entre estos últimos se encuentra el expresidente del Gobierno Felipe González, quien ayer aseguró que aunque Susana Díaz tiene «mucho empuje» y su ámbito de realización en estos momentos es Andalucía, «a lo mejor algún día supera esa frontera». «Depende de ella», apostilló el expresidente del Gobierno matizando que su opinión la ofrecía sólo como militante.