Hollande insiste en «reorientar la UE» tras el histórico triunfo de Le Pen
El presidente francés dice que se ha acabado con la crisis de la zona euro al precio de una «austeridad que ha acabado por desalentar a los pueblos»
PARÍS.Actualizado:François Hollande proclamó ayer su «deber de reformar Francia y de reorientar Europa» en una alocución televisiva a todo el país al día siguiente del triunfo histórico del ultraderechista Frente Nacional en las elecciones europeas. El presidente francés anunció que hoy mismo, en la reunión del Consejo Europeo en Bruselas, reafirmará que «la prioridad es el crecimiento, el empleo y la inversión».
El líder que ha conducido al Partido Socialista gobernante a dos batacazos electorales sin precedentes en el espacio de dos meses en las municipales y las europeas compareció en televisión desde el palacio del Elíseo para no cometer el error de cerrar los ojos ante la «verdad dolorosa» emitida por las urnas: «seis de cada diez franceses no se desplazaron, un elector de cada cuatro votó por la extrema derecha». A su juicio, el resultado traduce una desconfianza hacia la Unión Europea «que inquieta más que protege», los grandes partidos de derecha e izquierda con vocación de gobernar y la política.
«Europa no puede avanzar sin Francia, pero el porvenir de Francia está en Europa», dijo antes de señalar que se había logrado superar la crisis de la zona euro al precio de «una austeridad que ha acabado por desalentar a los pueblos». Desde su punto de vista, inclinado a situar las culpas en el exterior, la UE se ha vuelto ilegible, lejana e incomprensible, «incluso para los estados».
«Europa debe ser sencilla y clara para ser eficaz donde es esperada y retirarse donde no es necesaria», añadió al introducir un matiz en su estrategia europea indicativo de una reasignación a los estados miembros de competencias ejercidas por Bruselas. «Europa debe proteger sus fronteras, sus intereses, sus valores y su cultura», formuló.
En una intervención de apenas cinco minutos de duración, el presidente francés confirmó la hoja de ruta impartida al primer ministro, Manuel Valls, de recortes del gasto público, ayudas a las empresas y rebaja de la presión fiscal. Sin un ápice autocrítica ni de asunción de responsabilidades, dejó clara su intención de agotar el mandato presidencial que expira en 2017 en un descarte tácito de disolución parlamentaria y de convocatoria de elecciones presidenciales como plantea Marine Le Pen, presidenta del FN.
Con el 25% de los votos y 24 escaños, el Frente Nacional reivindica la condición de «primer partido de Francia». Pero en la Asamblea Nacional (Cámara Baja del Parlamento) tiene solamente dos diputados. Se trata de «una crisis nacional», una «crisis casi presidencial», estima el ex primer ministro de derecha Jean-Pierre Raffarin, cuyo partido, la UMP, parece estar muy afectado también por su propia derrota, con un resultado cuatro puntos porcentuales inferior al del FN e inmerso en una grave crisis interna por una presunta malversación de fondos en la campaña de Nicolas Sarkozy de 2012.
A falta del séptimo miembro
La ultraderecha ha triunfado en medio de los problemas que mantienen ocupados a sus rivales. Ha encabezado los resultados en 16 de las 22 regiones de la Francia metropolitana, y obtenido más del 30% de los votos en siete de ellas. Además, ha recibido apoyos por encima de su media entre clases populares y menores de 35 años. Marine Le Pen intentará afianzar el éxito con la formación de un grupo propio en la Eurocámara, para lo que se reunirá mañana en Bruselas con el líder del partido xenófobo holandés PVV, Geert Wilders -ha quedado en tercer lugar en su país, con 4 escaños-. Pero la tarea no va a resultar tan fácil como habían previsto.
Los cálculos de ambos incluían contar con el escaño que finalmente no ha conseguido el Partido Nacionalista Eslovaco, por lo que será complicado reunir a siete países miembros, requisito indispensable para formar un nuevo grupo. Por ahora, FN y PVV tienen previsto unirse a los italianos de la Liga Norte, el SN demócrata sueco, el FPO austríaco y el Vlaams Belang belga. Cumplen la otra condición, tener un mínimo de 25 escaños, uno de ellos el del fundador y expresidente del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, que ha renovado su cargo como eurodiputado a sus 85 años tras arrasar en su circunscripción sólo unos días después de sus polémicas declaraciones aludiendo al ébola como solución a los problemas de la inmigración en África.