Farage también pesca en Escocia
El euroescéptico UKIP obliga a Salmond a reconducir su estrategia en la carrera hacia la independencia
LONDRES.Actualizado:El Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) arrebató la victoria a las dos grandes formaciones británicas y abrió incluso un flanco en Escocia. El equipo de euroescépticos radicales que dirige Nigel Farage obtuvo un total de 23 eurodiputados en Reino Unido, diez más que en los comicios de 2009, frente a los 18 escaños que lograron tanto laboristas como conservadores. Los liberal demócratas quedaron relegados a la quinta posición, por debajo de los Verdes, tras perder 9 de los diez representantes que enviaban a Bruselas.
El UKIP marcó varios hitos en los comicios europeos. Es la primera vez en un siglo que los dos partidos dominantes en la política británica, conservadores o laboristas, están ausentes de la cima del árbol electoral. Pero, además, Farage amplió su onda de expansión geográfica -hasta la fecha limitada a Inglaterra- colocando el primer intransigente euroescéptico al norte de la frontera. Se abre así una grieta en la tradición europeísta de Escocia, uno de los puntales de la apuesta del líder nacionalista Alex Salmond para romper los lazos políticos con el resto de Reino Unido.
Salmond achacó la sorprendente actuación de UKIP en su propio terreno a la «desmesurada» atención que la televisión prestó a Farage. El líder nacionalista presumía de una Escocia libre del virus antiinmigración y anti-UE que el UKIP está esparciendo por la isla. En la larga campaña al referéndum de septiembre se ha apoyado en la diferencia de talante respecto a los extranjeros entre ingleses y escoceses, además de resaltar las miras más izquierdistas de los segundos, para promover el 'sí' a la ruptura con Londres. Ahora, con el asalto directo de UKIP, que ha impedido el esperado progreso de su equipo en las elecciones europeas, Salmond deberá reconducir su estrategia.
El Partido Nacionalista Escocés (SNP) sigue dominante en Escocia. Mantiene dos parlamentarios en Bruselas y registró un ligero aumento de apoyos pero no se beneficia del colapso de los liberal demócratas, muy pronunciado en toda la isla. Los desilusionados con la entrada de los diputados de Nick Clegg en el Gobierno de Londres se volcaron con los laboristas o se abstuvieron, abriendo la puerta de Escocia al UKIP. Farage amenaza ahora con exprimir el jugo de la nueva base electoral en las próximas consultas.
«Mi sueño se ha hecho realidad. Hemos ganado unas elecciones nacionales», celebró el líder antieuropeo. Pero la victoria es limitada e imposible de trasladar a las legislativas de 2015. UKIP ha cantado victoria en las europeas, pero dada la alta tasa de abstención (64,6%) apoyó al partido menos del 10% de los británicos con derecho a voto. La participación crece en las generales que, a diferencia de la cita del jueves, se rigen por el sistema de mayoría absoluta que favorece a los dos grandes partidos.
Farage «es un consumado político», alertó ayer el primer ministro David Cameron. El líder conservador trató de echar por tierra la imagen que, según observó, proyecta el líder del UKIP de «tipo corriente, como cualquier otro en el pub». También aceptó el reto que su credo antieuropeo representa para los conservadores, aunque achacó la caída electoral propia «a la profunda desilusión del votante con Europa».