Ucrania se entrega a un multimillonario

Las encuestas vaticinaban que sería el candidato más votado, pero no había plena seguridad de que su victoria se produjera en primera vuelta. Si los sondeos a pie de urna no se equivocan, el multimillonario ucraniano Piotr Poroshenko será el hombre que empuñará el timón de esa nave destartalada en medio de una fuerte tempestad llamada Ucrania.

Según los primeros sondeos a pie de urna, Poroshenko, proeuropeo y principal patrocinador de la revuelta en el Maidán, habría obtenido cerca del 56% de los sufragios, resultado suficiente para proclamarse vencedor de los comicios presidenciales celebrados ayer en sin necesidad de una segunda vuelta. La exprimera ministra Julia Timoshenko tendría que conformarse con tan sólo el 13% de los votos.

«Espero que haya una sola vuelta electoral», reclamó Poroshenko por la mañana al depositar su papeleta en un colegio del centro de Kiev. Horas después, cuando las encuestas a pie de urna ratificaban que no hará falta una nueva ronda el 15 de junio y que él será el presidente cuando lo ratifiquen los resultados oficiales, anunció que su primera tarea será «terminar con la guerra y restaurar la paz».

Habló en el cuartel general de su equipo de campaña junto al boxeador Vitali Klichkó, líder de la Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (UDAR) y próximo alcalde de Kiev. Poroshenko declaró que este año deberán convocarse elecciones legislativas y advirtió de que nunca reconocerá la «ocupación de Crimea» por parte de Rusia. «Ucrania tiene ya un nuevo presidente», fueron sus palabras nada más aparecer ante sus seguidores. Un buen tema de conversación para la reunión que el futuro presidente quiere mantener con el líder ruso, Vladímir Putin.

Por su parte, Timoshenko, cuya derrota se veía venir con claridad, dijo en una breve comparecencia ante la prensa, en la que no aceptó preguntas, que «éstas han sido unas elecciones justas y limpias. Posiblemente no hayamos visto unos comicios como estos en 23 años de independencia», admitiendo implícitamente su derrota.

«Se espera demasiado de él»

Afirmó también que el nuevo presidente «dispondrá de todos los instrumentos para parar la guerra» en el este del país. «Nuestro partido ayudará», añadió la 'dama naranja'. Según su opinión, «el principal logro de estos comicios es que han podido celebrarse pese a los intentos de Rusia de reventarlos».

Evgueni Kurmashov, experto del instituto de estudios políticos y sociología 'Gorshenin' de Kiev, cree que a Poroshenko le aguardan tiempos «muy difíciles», ya que «se espera demasiado de él, la situación es muy difícil y tendrá menos poderes que su predecesor», el depuesto Víctor Yanukóvich. En cuanto a Timoshenko, Kurmashov cree que «tendrá ventajas para ella estar en la oposición y será dura en esa labor, como siempre lo ha sido».

Poroshenko se pronunció durante la campaña electoral en contra del ingreso de Ucrania en la OTAN para facilitar una vía de acercamiento a Rusia que acelere una solución para acabar con la violencia en las regiones de Donetsk y Lugansk. Sin embargo, en su primera discrepancia manifiesta con el magnate, Timoshenko instó ayer a que sea la población la que decida pertenecer o no a la Alianza mediante un referéndum.

El programa de Poroshenko incluye un «diálogo» con la población del este, pero no con los «terroristas» prorrusos. De hecho, prometió que su primer desplazamiento dentro de Ucrania será a Donetsk. En el extranjero, se estrenará en Bruselas para poner en marcha la «integración» con Europa. Se propone también crear un ministerio para los asuntos de Crimea, mantener al frente del Gobierno a Arseni Yatseniuk -lo que, si se cumple, podría crear fricciones entre éste y Timoshenko, su jefa política-, otorgar más autonomía a las regiones y conceder al ruso el estatus de lengua oficial en las zonas en donde es mayoritario su uso.

El analista Kurmashov estima que Timoshenko perdió «porque su paso por la cárcel la alejó de la política y, pese a que fue injusto, la gente tiende a olvidarse de los políticos cuando no están constantemente en el candelero». «También porque muchos creyeron que, al haber sido condenada, algo habría de cierto en las imputaciones», añade el politólogo.