
Tres muertos en un atentado antisemita en pleno Bruselas
Un hombre se bajó de un coche frente al Museo Judío, comenzó a disparar a discreción y huyó en el turismo junto a otro sospechoso
BRUSELAS. Actualizado: GuardarBruselas, en plena jornada de reflexión electoral, quedó ayer conmocionada por un dramático tiroteo protagonizado en los acceso del Museo Judío de la ciudad que dejó al menos tres fallecidos, aunque al cierre de este edición una persona se debatía entre la vida y la muerte gravemente herida -se desconoce si era personal del propio museo o si eran visitantes-. Además, hay una docena de heridos de diversa consideración. Los hechos, ocurridos a las 15.48 horas en pleno corazón bruselense, ya han sido calificados por las autoridades como «un más que probable atentado terrorista antisemita» a la espera de que el suceso se esclarezca. A media tarde, la Policía había detenido a un sospechoso.
El 'shock' fue «terrible», como confirmaron los numerosos cargos políticos e institucionales que se aproximaron al lugar minutos después del tiroteo. Ocurrió a escasos 50 metros de la famosa plaza del Sablon, muy cercana al Palacio Real y donde se estaba celebrando un festival de jazz dirigido a todos los públicos. Hora y media antes del atentado, había decenas de niños en una zona tan transitada que el ministro de Exteriores, Didier Reynders, fue casi testigo de lo ocurrido porque estaba comiendo en un restaurante de la zona. «Estoy impresionado por las muertes. Pienso en las víctimas que vi y en sus familias», confesó a los a medios.
Todo sucedió muy rápido, en cuestión de minutos. Fuentes oficiales de la investigación confirmaron que un coche de marca Audi paró frente al museo en una zona donde está prohibido hacerlo. Bajó un hombre sentado en el asiento del copiloto, accedió a la entrada del local, la emprendió a tiros (a discreción) y al salir, disparó de nuevo. Se montó en el coche y huyó con la colaboración de otro hombre que iba al volante. Se desconoce si el detenido a media tarde es uno de estos dos sospechosos.
Segunda ráfaga
La colaboración ciudadana fue clave ya que pudieron quedarse con la matrícula del coche e informar rápidamente a la Policía. Todo pudo ser mucho peor. Diferentes testigos consultados por la prensa local aseguraron que oyeron una docena de disparos, luego 20 segundos de silencio, y finalmente una segunda ráfaga.
Respecto a la motivación del ataque, todas las autoridades no dudaron en calificarla inmediatamente como un ataque terrorista de índole antisemita. Así lo dijo un consternado alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, o la ministra de Interior, Joëlle Milquet, que en declaraciones desde la plaza del Sablon calificó lo sucedido de «crimen odioso». En este sentido y ante la gravedad de lo acontecido, anunció que han elevado el nivel de alerta al nivel 4 en una escala de 5, y que se ha reforzado la seguridad en torno a la sinagoga de Bruselas y de otros edificios judíos de la capital belga. Eso sí, quiso transmitir tranquilidad y asegurar que «no hay amenaza ni para la población ni para las elecciones».
La que sí dio por sentado el móvil antisemita fue la comunidad judía, que aseguró que no se habían recibido amenazas de ningún tipo: «Es el primer ataque contra los judíos en Bruselas desde la II Guerra Mundial», lamentó Maurice Sosnowski, presidente de la coordinadora de las organizaciones judías en Bélgica.