ESPAÑA

Se juega qué fuerza liderará el proceso soberanista de Cataluña

Artur Mas, Pere Navarro y Alicia Sánchez Camacho pueden salir tocados de la cita electoral de hoy

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Las elecciones europeas resolverán hoy varias incógnitas en Cataluña. En primer lugar, podrá comprobarse el estado de salud del soberanismo. Podrá comprobarse por primera vez desde que hay preguntas y fecha de la consulta cuántos son los independentistas. Se despejará la incógnita de si son mayoría, como sostienen ellos, los catalanes que quieren irse de España o no llegan ni a la mitad. También se podrá comprobar el peso de los que no quieren aventuras secesionistas. No será un test perfecto porque lo que se dirime no es la independencia sino la elección de 54 eurodiputados, pero tal y como se han planteado los comicios en Cataluña, soberanismo sí o no, surgirá una fotografía bastante aproximada.

Un avance en conjunto de CiU, Esquerra e Iniciativa reforzará el proceso separatista, que tiene este año su fecha principal el 9 de noviembre, el día de la consulta. Las encuestas vaticinan un crecimiento en bloque del frente soberanista respecto a las europeas de 2009 y también respecto a las autonómicas de 2012. Lo que está por ver, y esta es otra de las incógnitas, es quién se proclamará vencedor de los comicios en el ámbito catalán. Hasta la fecha, el PSC ganaba siempre en las europeas, salvo la cita de 1994, en la que se impuso CiU. Por primera vez, Esquerra está en disposición de obtener la primera plaza por delante de la federación nacionalista, si bien las fuerzas están muy igualadas.

Sin presión

Si vence CiU, la situación variará poco. Artur Mas se sentirá reforzado en su pulso para reivindicar hasta el final la consulta, intensificará el desafío al Estado y recibirá el aval para marcar la agenda del proceso liberado en parte de la presión que ejercen Esquerra y la Asamblea Nacional Catalana. Por tanto, si lo cree conveniente, como así se ha expresado en varias ocasiones, el presidente catalán podrá aplazar las plebiscitarias más allá de las generales de 2015 para forzar una negociación con un Gobierno central que no tendría mayoría absoluta o que, como apuntan algunos, hasta podría ser una coalición PP-PSOE.

En cambio, si la victoria es para Esquerra, pueden esperarse movimientos de calado a partir del día siguiente de las elecciones. Una victoria republicana alterará el liderazgo del proceso y los independentistas reclamarán un papel de mayor protagonismo, quizá desde dentro del Gobierno catalán, y que la última palabra no la tenga solo Mas. Respaldados por las tesis de la Asamblea, Esquerra no permitirá que las plebiscitarias se aplacen e incluso forzará al máximo para que la consulta se celebre aun sin autorización gubernamental. El proceso podría radicalizarse, aunque el partido que lidera Oriol Junqueras no tiene prisa por alcanzar el Gobierno de Cataluña, consciente de que la situación económica convierte este premio en un caramelo envenenado.

La derrota de CiU podría además abrir un mar de fondo en la federación y, en función de la diferencia de votos con Esquerra, Mas podría quedar muy debilitado dos años después de adelantar las autonómicas en 2012, en las que pensó que se haría con la mayoría absoluta y se encontró con la pérdida de 12 diputados de los 62 que tenía. Las costuras que a duras penas unen a la coalición pueden empezar a saltar a partir de hoy.

La otra batalla se librará en el frente antisoberanista. El PSC, castigado por la división interna, sigue sin tocar fondo, el PP pierde posiciones y Ciutadans continúa en fase ascendente. Hasta el punto, que la formación que lidera Albert Rivera podría convertirse en la tercera fuerza política y la primera entre los constitucionalistas. En este supuesto para nada descartable, el PSC ahondaría su crisis y caminaría hacia la irrelevancia. Su líder, Pere Navarro, cuestionado por muchos desde el primer día, seguiría en la picota.

Igual que la popular Alicia Sánchez Camacho, afectada por el caso de espionaje. Un mal resultado podría precipitar su relevo al frente de los populares catalanes. Ciutadans, en caso de confirmar lo que dicen algunas encuestas, cogería la bandera de la defensa de la españolidad de Cataluña, un panorama que polarizaría aún más el debate catalán.