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ESPAÑA

El Gobierno y la Generalitat se enzarzan por la agresión al coche de Montoro

El PP denuncia pasividad de los Mossos y vincula el ataque al soberanismo, mientras el consejero catalán de Interior culpa a los escoltas del ministro

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El Gobierno central y la Generalitat catalana se enzarzaron ayer en un cruce de acusaciones por la agresión al coche del ministro Cristóbal Montoro a la salida de un acto electoral del PP el miércoles en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú. Ambos se culparon de los errores en la seguridad.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, afirmó que «alguna cosa falló» en el dispositivo de los Mossos d'Esquadra y reclamó que se investigue a «fondo» si el «operativo era el adecuado» y si se produjo una «eventual negligencia» policial. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, fue más allá y culpó a la Policía autonómica de «pasividad». «No se nos garantizó la seguridad ni la salida», dijo la dirigente popular. En cambio Ramon Espadaler, consejero catalán de Interior, que admitió desajustes, culpó a los escoltas de Montoro de no hacer caso a los Mossos para evitar los incidentes. Según la versión del responsable de la seguridad ciudadana del Ejecutivo autonómico, el vehículo del ministro «cogió la dirección contraria a la pactada entre la Policía local y los Mossos». «Desconozco por qué», dijo.

Espadaler añadió que al ver cómo se desarrollaban los hechos, estaba en camino una tercera unidad policial, pero que cuando estaba llegando, Montoro y los dirigentes del PP decidieron salir «de forma unilateral» sin comunicárselo a los Mossos. Los que finalmente permitieron que la comitiva pudiera huir del acoso no fueron los agentes catalanes, sino «la seguridad del ministro, la Policía local y los afiliados del partido», apuntó Sánchez Camacho.

La presidenta del PP catalán y el ministro de Hacienda salían de un mitin en el centro de Vilanova cuando se vieron bloqueados por unas macetas al final de la calle que impedían el paso. Había una segunda salida, pero también estaba bloqueada por los manifestantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) que realizaban un escrache. Montoro y Camacho tuvieron que esperar unos minutos dentro de sus vehículos, hasta que se retiraron las macetas. Fue en esos momentos cuando las personas que protestaban, anarquistas, independentistas y miembros de la PAH, golpearon los coches y lanzaron piedras y alguna botella.

La presidenta del PP señaló que hasta que se despejó una salida, sufrieron más de media hora de acoso. Cuando pudieron reemprender la marcha se encontraron con más manifestantes que corrieron tras los coches y los golpearon. «Ayer (por el miércoles) estuvo en riesgo la seguridad del ministro, la mía y la de mucha gente que salía del acto», declaró la dirigente popular, que reconoció que pasó más miedo que el día que los indignados sitiaron el Parlamento catalán.

Condenas casi unánimes

Todos los partidos condenaron el ataque, aunque hicieron interpretaciones distintas. Así, el ministro del Interior atribuyó el suceso a la «situación de agresividad y violencia» que a su entender se ha desatado contra el PP como consecuencia del proceso soberanista. «Se está fomentando una cierta crispación y división», añadió. «Nadie amedrentará» al PP, afirmó Sánchez Camacho. El PP denunció que durante la campaña ha sufrido 15 escraches en sus mítines en Cataluña. Montoro quitó algo de hierro y señaló que las «imágenes no se corresponden con lo que es Cataluña».

Las únicas lecturas que se salieron de la condena sin matices que hicieron desde el PP, PSOE, PSC, CiU, Ciutadans o UPyD fueron las de Esquerra e Iniciativa. El cabeza de lista de los independentistas, Josep Maria Terricabras, lamentó el ataque, aunque lo consideró un hecho aislado y reclamó que no derive en un debate sobre si hay crispación en Cataluña, como ocurrió cuando Pere Navarro fue agredido. Mientras, Dolors Camats, de Iniciativa, condenó «todas las formas de violencia». «Es violento que te tiren piedras, pero lo es también que te echen de casa o llegues a casa y no puedas llenar la nevera o encender la calefacción», afirmó. Desde el sindicato mayoritario de los Mossos, acusaron al PP de «buscar la foto» con los incidentes para potenciar su campaña electoral.

Hasta última hora de ayer, los Mossos d'Esquadra tenían identificadas a cinco personas y detenida a una sexta por los altercados en Vilanova i la Geltrú.