El príncipe de Gales compara a Putin con Hitler por su papel en Ucrania

El príncipe de Gales está en el centro de un embrollo diplomático debido a su aparente censura de la anexión por parte de Moscú de la península ucraniana de Crimea. «Putin está haciendo justamente lo mismo que Hitler», dijo el heredero de la corona británica a una víctima del holocausto nazi que le guió por las salas de un museo de Halifax, Nueva Escocia. Era la primera parada de alto perfil en un viaje de cuatro días por Canadá que Carlos está realizando en compañía de su mujer, Camila, duquesa de Cornualles.

El príncipe reflejó su crítica opinión del presidente ruso, Vladímir Putin, en el transcurso de una conversación privada, cuyo eco saltó ayer a los medios y las redes sociales. «Fue un pequeño comentario. Nunca pensé que iba a causar tanto revuelo», se sorprendió Marienne Ferguson, voluntaria en el Museo de la Inmigración y anfitriona de los visitantes reales. De 78 años y cuna polaca, emigró con sus padres y hermanos a Canadá cuando el avance alemán hacia el Este de Europa parecía imparable. Otros familiares judíos perecieron en campos de concentración nazi.

Ferguson compartió sus trágicas memorias personales con el príncipe de Gales. La conversación dio un giro trascendente con el controvertido paralelismo entre el pasado y el presente expresado por Carlos. La oficina de Clarence House, sede oficial del heredero, declinó hacer comentarios sobre las repercusiones de una «conversación privada» entre el príncipe y una ciudadana canadiense. El portavoz recordó que Carlos nunca pretendería hacer público un comunicado político en el transcurso de un encuentro privado.

La misma línea adoptó el primer ministro, David Cameron, al señalar que «no voy a hacer ningún comentario sobre la conversación privada de nadie». El número dos del gobierno de coalición, Nick Clegg, salió en cambio en defensa del príncipe de Gales. Explicó que él no comulga con la idea de que los miembros de la familia real han de estar «sometidos a un voto de silencio». El jefe de la oposición, el laborista Ed Miliband, aceptó el «punto de vista» del primogénito de la reina «sobre las acciones del presidente Putin». Miliband se hacía así eco de gran parte de la opinión pública que desconfía y critica la posición de Moscú en el conflicto ucraniano.

Los caminos de Carlos y Putin se cruzarán el 6 de junio en las conmemoraciones por el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. En la tarde de ayer, los portavoces de Putin guardaron silencio mientras algunos rotativos rusos aventuraban una nueva grieta en las relaciones entre Reino Unido y Rusia.