La guerra por la presidencia colombiana
Los sondeos anticipan un empate técnico entre el presidente Santos y el opositor Zuluaga, protagonistas de una encarnizada campaña
LA HABANA.Actualizado:Colombia cerró ayer la campaña electoral presidencial salpicada por las «guerras» verbales, de encuestas y las posiciones opuestas frente al diálogo que se adelanta en La Habana para poner fin a la guerra, ésta trágicamente real, de cerca de 50 años entre el Estado y las FARC. Estas últimas semanas previas a los comicios del domingo han sido tensas con denuncias de financiación ilegal, espionaje, sabotajes y sorprendentes alianzas centradas en dos de los cinco candidatos que se disputan la Casa de Nariño. La mayoría de los sondeos apuntan a una reñida carrera entre el presidente Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga, el delfín del exmandatario y ahora senador Álvaro Uribe, quien ha hecho campaña por su abanderado como si fuera para él mismo. Las encuestas anticipan que ninguno obtendrá la mayoría necesaria del 50 % más uno para proclamarse presidente, por lo que es más que probable que se tengan que enfrentar en segunda ronda, el próximo 15 de junio.
Los números para la inminente votación anticipan que el actual jefe del Estado obtendría en torno al 27,7% de los votos frente al 25% de su rival, candidato del uribista Centro Democrático que en las elecciones legislativas de marzo se colocó como la segunda fuerza parlamentaria con 19 de los 102 escaños. El gubernamental Unidad Nacional sacó 49. Clara López, candidata del Polo Democrático-UP, apenas llegaría al 10,1 %, pero sus votos se sumarían a los de Santos en segunda ronda después de una sorprendente alianza anunciada esta semana entre el gubernamental Partido Liberal y el alcalde Gustavo Petro, uno de los líderes del movimiento progresista. Los otros dos competidores son Enrique Peñalosa, de Alianza Verde (9,7%) y Marta Lucía Ramírez, candidata del Partido Conservador, que las encuestas sitúan en quinta posición, con 9,4% de los votos.
Santos se convirtió en enemigo y blanco de las críticas de Uribe cuando fijó como objetivo de su mandato alcanzar la paz con las FARC. Otros compatriotas le han criticado que el diálogo ha superado el plazo previsto de un año en al menos seis meses, a lo que el gobernante contestó que «cuando se ve una luz al final del túnel, no se da marcha atrás». De ahí que haya asegurado que su «segundo tiempo será el de la paz». Cuatro de los cinco candidatos apuestan por continuar los diálogos de paz. Sólo Zuluaga asegura que si gana los suspendería de inmediato.
Uribe no le perdona a su exministro de Defensa y ex mano derecha el cambio de estrategia frente a los grupos armados. Desde el inicio del mandato, el exmandatario ha sido uno de los mayores dolores de cabeza de Santos, al que no ha dejado de atacar. La ofensiva verbal ha ido en aumento hasta convertirse en guerra sucia. El uribismo estaría detrás de los escándalos de las «chuzadas», toda una operación para espiar las comunicaciones de los delegados gubernamentales en La Habana, de los miembros de la guerrilla y de los periodistas que cubren el proceso.
Uribe «mentiroso»
El sábado se divulgó una conversación, al parecer entre Zuluaga y Andrés Sepúlveda, 'hacker' vinculado la campaña del uribista Centro Democrático, a quien la Fiscalía acusa de espiar los diálogos. En la grabación habla del comportamiento en la selva de Andrés París, guerrillero que negocia en Cuba, y de su prontuario, del que dice que es una «información de inteligencia militar a la cual yo tengo acceso».
Zuluaga, enconado opositor y economista de 55 años que fue ministro, alcalde y senador, no cuestiona las declaraciones. Además, Uribe acusó a Santos de recibir en 2010 dos millones de dólares -1,4 millones de euros- procedentes del narcotráfico para pagar deudas de su campaña. Supuestamente se los habría entregado su exasesor J. J. Rendón, a quien un narcotraficante acusó de haber recibido 12 millones de dólares -8,7 millones de euros- para mediar ante el Gobierno para negociar la entrega a la justicia de cuatro capos narcos. Rendón lo niega todo y renunció el 5 de mayo. Lo sustituyó el expresidente César Gaviria, que en el cierre de campaña lo emplazó a presentar pruebas mientras llamaba «mentiroso» a Uribe.