Cinco altos mandos de Laos mueren en un accidente de avión
El Antonov ucraniano cayó en la jungla del norte del país con una veintena de pasajeros a bordo, entre ellos el alcalde de la capital
LUANG PRABANG (LAOS).Actualizado:Eran las 6.15 de la mañana de ayer cuando el Antonov AN74-300, de fabricación ucraniana y operado por la Fuerza Aérea de Laos, se desplomó en la jungla del norte del país con una veintena de pasajeros a bordo. La mayoría murió en la colisión y se desconoce aún el número definitivo de supervivientes, aunque diferentes fuentes estiman que fueron tres. El suceso no tendría excesiva repercusión si no fuese por el cargo que ocupaban algunas de las personalidades que viajaban a bordo: el ministro de Defensa y viceprimer ministro de Laos, Douangchay Phichit, el ministro de Seguridad Pública -uno de los principales órganos represores del régimen comunista-, Tongbane Sengaphone, y el alcalde de la capital -Vientián-. A falta de confirmación oficial, todos ellos fallecieron.
El Gobierno laosiano proporcionó poca información al respecto. «La prioridad ahora es salvar a los supervivientes», dijo el Gobierno en un escueto comunicado en el que confirmó el accidente, explicó que el Antonov volaba desde Vientián para que los dirigentes participasen en unos actos conmemorativos del Ejército, y añadió que el aparato cayó por razones desconocidas durante la maniobra de aterrizaje. El tiempo era bueno y, como parece haberse descartado un sabotaje, se especula con la posibilidad de que sufriese un fallo técnico cuando sobrevolaba Nadi, un poblado situado a solo dos kilómetros del aeropuerto de destino, el de la provincia de Xieng Khuang. La zona hace frontera con Vietnam y es conocida por haber sido una de las más bombardeadas por Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, y por las misteriosas vasijas prehistóricas encontradas en la provincia. Así, parece que volar en Laos se ha convertido en una actividad de alto riesgo.
El pequeño país asiático, cuya población ni siquiera llega a los siete millones de habitantes, ha sufrido 30 accidentes aéreos fatales en medio siglo, y no parece que el desarrollo económico del que disfruta en la última década haya mejorado la situación. De hecho, el pasado mes de octubre, un ATR-72 de la aerolínea de bandera Lao Airlines se precipitó contra el río Mekong en plena tormenta y murieron las 49 personas que viajaban a bordo. El problema, apuntan algunos técnicos de aviación, no es tanto la calidad de las aeronaves utilizadas como el mantenimiento que reciben y la categoría de las infraestructuras en las que operan.
A pesar de que la población de Laos se mostraba sorprendida por el suceso de ayer, pocos lo lamentaron. «Es una pena que su muerte no vaya a cambiar nada, porque serán reemplazados. Pero ojalá impulsara verdaderas reformas políticas, porque el país está gobernado por una mafia que cada vez tiene los bolsillos más llenos», criticaba uno de los trabajadores laosianos de una importante ONG internacional.
No en vano, Laos es uno de los países más pobres de Asia, con elevados niveles de desnutrición entre los menores de cinco años, pero la clase política y sus protegidos cada vez gozan de un mejor nivel de vida.