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Economia

Las gasolineras se abren al escenario 'low cost'

Los cambios legislativos han facilitado la apertura de nuevos puntos de venta, muchos de ellos sin personal a cargo y con precios más bajos Los operadores tradicionales pierden un 10% de cuota de mercado durante la crisis

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«Sí el Gobierno está empeñado en que el mercado vaya por ahí, tendremos que adaptarnos a ello..». Es el comentario, a medio camino entre el enfado y la resignación, de Víctor García Nebreda, secretario general de Aevecar, una de las más representativas asociaciones de gasolineras de España. Ese «por ahí» conduce a un escenario en el que las estaciones de servicio 'low cost' -es decir, las que no tienen empleados, tiendas, ni máquinas de lavado- ganan protagonismo y arrastran al resto de gasolineras a una bajada generalizada de precios y, consecuentemente, de márgenes de negocio. El panorama actual refleja cómo en los últimos años las grandes marcas han perdido parte de su poder en la distribución minorista de los carburantes de automoción. Un reciente estudio de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) concluye que desde 2008 sus firmas asociadas (Repsol, Cepsa, BP, Galp y Saras) han perdido casi 10 puntos de cuota de mercado por puntos de venta en favor de otros mayoristas y marcas, híper y supermercados, y cooperativas (del 70% al 61%).

La AOP no ofrece porcentajes en cuanto a volumen de venta, pero sí desvela un caso paradigmático: las gasolineras propiedad de los grupos de distribución alimentaria (Carrefour, Eroski, etc.), aunque escasas en número, venden el 20% de las gasolinas dentro del sector de consumidores no profesionales, «lo que equivale a situar este formato de distribución como el segundo operador del mercado español».

En el amplio abanico de gasolineras no vinculadas a los operadores integrados (los presentes en todos los niveles del mercado) empiezan a tomar cierta relevancia las estaciones de servicio 'low cost'. Se trata, en esencia, de simples postes de carga de combustible, sin personal a cargo, tiendas de conveniencia ni máquinas de lavado. Es decir, sin los extras que contribuyen a aumentar el margen de negocio de los establecimientos. Al carecer de personal, pueden ofrecer las gasolinas con importantes descuentos.

El informe de la AOP también constata un aumento del número de gasolineras -aproximadamente un 11%- durante estos años de crisis. Los cambios legislativos introducidos por el Gobierno para favorecer la apertura de más estaciones de servicio están dando ciertos frutos, según fuentes del sector. La modificación de la ley de hidrocarburos -vía Ley 11/2013, de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la creación de empleo- hace compatible el uso de suelo para gasolineras con los usos comerciales e industriales. «Así que están empezando a surgir estaciones de servicio por todos los lados», apuntan esas mismas fuentes.

Un 25% de caída del consumo

Mientras, el consumo de combustibles ha seguido una tendencia inversa. Y mucho más pronunciada. Las cifras bailan según las fuentes consultadas, pero se estima una caída no inferior al 25%. «Y los costes fijos no han bajado, sino todo lo contrario», apunta García Nebreda.

Así que este panorama de mercado menguante -aunque el consumo ha dado muestras de cierta mejoría en este comienzo de año- ha puesto en jaque a muchas gasolineras, especialmente las que funcionan bajo un contrato de abanderamiento. Es decir, aquellas que utilizan la imagen y marca de alguna de las grandes redes de distribuidores, que son los que a su vez les suministran de combustible bajo una serie de condiciones.

La nueva normativa prohíbe a los grandes operadores recomendar precios a sus abanderados, y reduce la duración máxima de los contratos desde los cinco años hasta un sólo año, prorrogable a tres. Un nuevo escenario que, en opinión de las asociaciones de gasolineros, ha empeorado las condiciones bajo las que los propietarios de estaciones de servicio firman sus contratos:a menor duración, menos tiempo tiene la petrolera para amortizar su imagen y, por tanto menos margen concederá al empresario.

Las grandes marcas tratan de adaptar su negocio a este nuevo escenario, y algunas de ellas han aceptado el reto de las 'low cost'. Repsol -el pasado año-, y más recientemente Cepsa, han lanzado sus líneas de bajo coste: Campsa Express y Red Ahorro respectivamente. Entre todas apenas suman unas decenas -se trata aún de una suerte de experiencia piloto-, situadas preferentemente en vías secundarias, polígonos industriales o inmediaciones de centros comerciales, con el objetivo de captar al consumidor profesional (transportistas y agricultores, sobre todo). Las asociaciones que representan a las estaciones de servicio temen que la proliferación de este nuevo tipo de gasolineras, con el efecto arrastre que sobre los precios puedan tener, podría acabar con 20.000 empleos en el sector.

En última instancia el más beneficiado sería el consumidor español, con escasas opciones de elegir un buen precio para el combustible que utiliza, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En su informe de supervisión del mercado de gasolineras correspondiente al pasado año, el órgano supervisor volvía hablar de unos precios antes de impuestos superiores a la media europea, de elevados márgenes para los principales operadores, que al mismo tiempo alinean sus precios, más caros que los de las marcas independientes, etc...

La AOP, por su parte, sostiene que el modelo de distribución en España «es consecuencia de la competencia sana entre todos los agentes del mercado»,y que «no se puede pretender que las estaciones de servicio convencionales se comporten en sus precios de carburantes como estaciones de hipermercados, como tampoco son comparables en otros artículos de distintos segmentos que son vendidos por éstos últimos (alimentación, textil, electrónica, etc...)».