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Manifestantes vietnamitas intentar derribar las verjas de una fábrica en Bien Hoa. :: AFP
MUNDO

El odio contra China incendia Vietnam

El traslado de una plataforma china a una zona en disputa con el país vecino causa una matanza de una veintena de personas

ZIGOR ALDAMA
XIENG KHUANG (LAOS).Actualizado:

«Este establecimiento no vende productos chinos. ¡Las islas Paracel y Spratly son vietnamitas!». «Esta fábrica es propiedad de una empresa de Corea del Sur, no de China». Con estos carteles, que recuerdan a los que se colgaron el Gran Dragón cuando hace dos años fueron sus ciudadanos quienes protestaron contra Japón por la soberanía de los islotes Diaoyu, se protegían ayer cientos de comercios y de fábricas vietnamitas tras el estallido de violencia antichina que ha sacudido el sur de ese país y que, según diferentes fuentes que citaban a un médico del hospital de Ha Tinh, se ha cobrado ya 21 vidas -las de 16 chinos y 5 vietnamitas- y más de cien heridos.

A pesar de que el Gobierno de Hanoi ha tratado de calmar los ánimos por las buenas y por las malas, con decenas de arrestos entre quienes incendiaron el miércoles hasta 15 fábricas -la mayoría taiwanesas-, ayer continuaron las protestas por el traslado de una plataforma petrolífera china a las aguas del mar de China Meridional cuya soberanía se disputan ambos países. No obstante, las manifestaciones frente a las legaciones diplomáticas de China en el vecino comunista fueron pacíficas.

Eso sí, la tensión es tal que la prensa china informó de la huida de cientos de chinos residentes en Vietnam hacia Camboya, que se han refugiado en hoteles de la capital -Phnom Penh-, y el cierre de empresas tan importantes como la de Yue Yuen, que fabrica calzado para grandes marcas como Nike o Adidas. Las autoridades de Hong Kong, por su parte, anoche incrementaron a nivel rojo -el más elevado- el riesgo para los turistas, y pidieron a sus ciudadanos que restrinjan los viajes a Vietnam a sólo los imprescindibles.

El Gobierno de Pekín, por su parte, respondió airado. Aunque la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, sólo criticó que las fuerzas policiales vietnamitas -entre las que hay 40 heridos- no tomasen medidas más contundentes contra los vándalos y se limitó a pedir compensación para las víctimas y protección para los ciudadanos chinos en el país vecino, el diario oficialista Global Times sacó la artillería pesada en un editorial titulado 'Vietnam toma un camino peligroso en aguas de China'.

En el texto, aunque reconocía que no se ha delimitado oficialmente qué aguas pertenecen a uno y otro país, recuerda que la plataforma petrolífera se encuentra a 17 millas de la isla china de Zhongjiang -cuya soberanía no está en disputa- y a 150 millas de la costa vietnamita. «Las acciones de las autoridades vietnamitas son una provocación seria (.) China, lógicamente, tiene derecho a tomar contramedidas de acuerdo con las leyes internacionales (.) Hanoi se ha puesto en una situación que no puede controlar», afirma el diario.

Presionar a sus rivales

Pero no es sólo Vietnam, donde muchos recuerdan que el nacionalismo que ahora critica Pekín es, precisamente, el que saca de paseo el Gobierno chino cuando le conviene presionar a sus rivales. Ayer Filipinas también criticó a China por las obras que lleva en el arrecife de Johnson, situado en una zona del mismo mar que se disputan ambos países. Y Manila mostró imágenes de satélite en las que se ve cómo China ha ido ganando terreno al mar en los últimos meses, contraviniendo un acuerdo de 2002 al que llegó con diferentes países para evitar una escalada de la tensión en la región.

«Queremos mostrar al mundo que las acciones de China forman parte de una estrategia agresiva para imponer su postura en las disputas que mantiene con los estados de la Asean (Asociación de Estados del Sudeste Asiático)», afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores filipino Charles Jose. Manila cree que Pekín pretende construir ahí un pequeño aeropuerto que otorgaría a sus fuerzas aéreas una movilidad extraordinaria en la región. China no respondió directamente, pero Hua sentenció que «lo que China haga en su territorio no concierne a Filipinas».