Se vende castillo de vampiro
La fortaleza ubicada en Transilvania, que inspiró a Bram Stoker para ubicar la morada del conde Drácula, cuesta unos 47 millones
Actualizado: Guardar'Se vende castillo muy cuidado, amplias habitaciones, instalación eléctrica moderna, patio y cocheras, buenas vistas. Necesita alguna reforma. Razón: el conde Drácula'. Este anuncio no dista mucho de la realidad. Los actuales propietarios del castillo de Bran, en Transilvania (Rumanía) lo han puesto a la venta. El bastión no es ni más ni menos en la que vivía un cruel príncipe. Con el tiempo, la morada de Vlad inspiró a Bram Stoker con su novela 'El conde Drácula'.
Los actuales propietarios, el duque Domingo y las archiduquesas María Magdalena e Isabel Habsburgo, quieren deshacerse de la fortaleza. Aunque en estas cosas no se habla del precio, este podría rondar los 47 millones de euros. No obstante, su valor real es mayor, dado el atractivo turístico. El castillo está ubicado en Bran, en los montes Cárpatos. Fue edificado por los caballeros Teutones, los cruzados centroeuropeos, para defender su territorio de las hordas otomanas. Sus obras concluyeron en 1388, pero no fue hasta casi medio siglo después cuando el príncipe de Valaquia Vlad el Empalador (Vlad Tepes), ocupó la fortaleza. Durante su reinado no dejó títere con cabeza en sus campañas contra sus vecinos feudales. Todavía recuerdan sus razias en Transilvania, donde mataba a los habitantes de las ciudades antes de reducirlas a cenizas. Dicen que acabó siendo prisionero de sus enemigos en las mazmorras de su propio castillo.
Unos 400 años después, Bram Stoker crea el personaje de Drácula, conde de Transilvania. Como el castillo de Bran es el único que queda en pie en esta apartada región del norte de Rumanía, se cree que pudo inspirar su sangrienta novela de 'nosferatus' (no muertos) y licántropos. Por este motivo, el castillo de Bran pasó a conocerse como el de Drácula, lo que provoca que riadas de turistas acudan cada año a disfrutar de sus instalaciones -más de 500.000 visitantes-. No son pocos los que se llevan un chasco al conocer en la visita al castillo que Drácula no existió y que el príncipe Vlad no tenía por costumbre tomar una copa de sangre como cena. Lo que si es cierto es que el futuro propietario tendrá hacerle más que un lavado de cara. Pero solo con convertirlo en hotel tiene asegurado el reembolso de la inversión.