PRIMAS
Actualizado:Ando perdido, muy perdido estos días con el tema de los ascensos, descensos y campeones en competiciones futbolísticas de medio mundo y parte del más allá. La palabra de moda es 'amaño'. Todo está amañado. Tanto que empiezo a dudar de si mi propia vida es un amaño y vivo en una permanente mentira al más puro estilo 'Show the Truman'. Da lo mismo quién gane y cómo lo haga. Siempre hay algo oscuro y tenebroso que se esconde tras el resultado final del partido de turno.
El Levante le gana al Atlético porque recibe maletines del Real Madrid, pero después desde Concha Espina se dan cuenta de que el Barcelona se va a dejar ganar ante los colchoneros en la última jornada y deciden 'tirar' la Liga antes de tiempo para que su rival en la final de Champions se desgaste mucho más física y psicológicamente. En Inglaterra, Mourinho 'amenaza' con alinear a su equipo 'B' ante el Liverpool y termina ganándole en Anfield, mientras que por la carretera de Extremadura han viajado más maletines hacia Cáceres que autobuses llenos de personas con bufandas amarillas. Desde Guadalajara hasta Cádiz pasando por Sevilla y Córdoba.
Da lo mismo ganar o perder. Lo importante es primar. Y apareció el líder sindical de los futbolistas, el señor Rubiales, para decir algo tan sensato como que cada uno haga lo que quiera con su dinero mientras que sea para incentivar el triunfo y perseguir el engaño y la derrota. Pero que se sepa. Que no sea un asunto tan turbio y oscuro como las historias para no dormir que nos adornan.
La desigualdad no está en quién puede o no puede dar primas para incentivar a rivales. La desigualdad viene establecida por el sistema de reparto de dinero en competiciones, derechos televisivos; por el número de aficionados que respaldan a los equipos; por el interés estratégico de ciertas ciudades. Esas primas son como premios de lotería para los más necesitados, condicionadas por los caprichos del calendario. Falta que enseñen los boletos premiados y no haya siempre un Fabra al que le toque todo, todo y todo.