Tom Hanks, con un espontáneo durante el rodaje de 'Un holograma para el rey', en Marruecos. Abajo, un campesino con un par de mulas. :: R. C.
Sociedad

Tom Hanks sale del desierto en mula

El actor sufre momentos de pánico en Marruecos, al pincharse la rueda del jeep cuando buscaba exteriores

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Vean, vean, siempre haciendo amigos. Tom Hanks es un tipo que cae bien, de los que no complican la vida al personal. No tiene caprichos de divo de Hollywood; ni exige a los directores de los hoteles una cuadrilla de chicas de pago a la hora del desayuno -rubias naturales y de 1,80, como solía puntualizar Oliver Stone- ni se vuelve loco cuando la suite no tiene las dimensiones ideales para desplazarse en monopatín. Esto último le pirraba a Brad Pitt antes de tener hijos y volverse un poco más formalito...

En el caso de Tom, aunque tenga cara de chiste, hay muy poca gente que se atreva a perderle el respeto. A sus 57 años, se mantiene como un profesional cotizadísimo y no le tose ni Putin (que es muy fan). Ya no cobrará 50 millones de dólares por película -como ocurrió en 2009 con 'Angeles y Demonios'- pero no ha perdido tirón ni recursos. Incluso cuando se encuentra tirado en mitad del desierto, sin cobertura para el móvil ni víveres. Así estaba el pobre hace unos días, tal como cuenta la prensa marroquí, cuando en pleno rodaje de 'Un holograma para el rey', del director Tom Tykwer, se le ocurrió a un par de técnicos llevárselo en jeep hasta Rabat. ¿Buscaban exteriores para le película? ¿Tenían día libre y querían vivir la aventura? No queda claro, lo cierto es que el pinchazo de una rueda y la falta de una de repuesto les hizo pasar momentos de pánico. Hasta que vieron acercarse a un campesino con tres mulas. El buen hombre no sabía ni palabra de inglés pero he aquí que Tom le enseña la billetera. Se desconoce cuánto le pagó por los animales pero seguro que poco, a la vista del estado en que debieron llegar al pueblo más cercano. Tardaron más de dos horas bajo un sol de justicia y lo primero que hicieron fue cambiar las mulas por botellines de agua y refrescos. Al héroe de 'Forrest Gump' no le quedaba ni un céntimo en el bolsillo y tampoco fuerzas para seguir trotando por ahí.

Ningún lugareño debió reconocerles porque no circulan fotos por las redes sociales. Y mucho menos 'selfies' de los maltrechos protagonistas de la anécdota. Muy probablemente el único interesado en dar más detalles de la historia sea el aldeano que les quitó el susto de encima. ¿Qué habría pasado de no haber aparecido? Seguro que la próxima vez, llevan rueda de respuesto.