Un barco de la compañía petrolera rusa Gazprom navega por el Ártico. :: AFP
Sociedad

Dudas sobre el impacto de la navegación por el Ártico

Científicos reclaman una gestión sostenible sobre las nuevas rutas comerciales que se abren por culpa del deshielo

MADRID. Actualizado: Guardar
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Hace unos años solo fueron cuatro; el año pasado unos cien, y este año se calcula que unos 300 buques atravesarán las aguas del Ártico. Se aprovechan del deshielo para circular por esta nueva ruta comercial que ahorra costes y tiempo. En la actualidad, solo se puede ir por el nado noreste de este océano, objeto de enfrentamientos por parte de las cinco naciones de la zona (Rusia, Estados Unidos, Noruega, Dinamarca, gracias a Groenlandia, y Canadá). Pero esta ruta puede tener unas repercusiones que todavía se ignoran. Por este motivo, un grupo de científicos, reunido en una jornada de debate de la Fundación BBVA, reclama más datos y más investigación.

«No puedes gestionar algo que no entiendes», aseguró Paul Wassmann, profesor en el Instituto de Biología Ártica y Marina de Noruega. «El océano Ártico está experimentando las mayores consecuencias del cambio climático, pero también es el menos investigado. ¿Cuánto debemos progresar en su conocimiento para apoyar su desarrollo sostenible?», se preguntó el profesor.

El Ártico sufre una tasa de calentamiento de 0,4 grados por década, tres veces superior al promedio global. «Esta rapidez nos ha sorprendido a todos. Ya predecíamos que la pérdida de hielo en el Ártico se podía acelerar y que las presiones de industrias como las de energía y pesca aumentarían. Pero los cambios han sido mucho más rápidos y abruptos», señala Carlos Duarte, investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados. Por ejemplo, la densidad del hielo se redujo hasta los 3 millones de kilómetros cuadrados en verano durante 2012, cuando se preveía para 2070. Pero el aumento de las temperaturas árticas no solo afecta a la cantidad de hielo, sino que también determina la estabilidad de las corrientes marinas globales. Curiosamente, el cambio climático también ha traído cosas favorables, como los aumentos de los bancos de bacalao, de cangrejo rey y de cangrejo de las nieves.

Ante esta situación general, los científicos consideran que la única manera de contribuir a un Ártico sostenible es más investigación. Wasmman pide campañas multianuales y continuas, que se mantengan a largo plazo y basadas en ecosistemas y sus interacciones, en lugar de en indicadores concretos. Por su parte, Duarte propone centrase en los «puntos de ruptura», los procesos en los que superados un cierto grado de alteración ya no hay marcha atrás y además desencadenan otros procesos, como el propio deshielo o el aumento de la emisión de metano. Y sin evitar que dentro de 40 años haya dos rutas marítimas estables: la actual y la del noroeste, que se disputan Estados Unidos y Canadá.