La 'amnistía' al IRA crispa Irlanda del Norte
El caso de las cartas de garantías a terroristas huidos que examina el Parlamento británico ha fracturado en la región la confianza en la Policía
LONDRES.Actualizado:El viceministro principal de Irlanda del Norte, Martin McGuinness, del Sinn Féin (SF), calificó ayer al ministro principal, Peter Robinson, del Partido Democrático Unionista (DUP), de actuar con «cobardía del peor tipo», por no condenar ataques que achacó a la Fuerza Voluntaria del Ulster (UVF) en la circunscripción electoral de Robinson, en el este de Belfast.
En los últimos días, personas de origen polaco, africano y asiático han recibido palizas en Belfast y, en el este de la capital norirlandesa, ha habido ataques con bombas incendiarias a la sede del partido Alianza. El lenguaje y la entidad de la crítica de McGuinnes muestran la creciente crispación en la política de la región, que pone en duda el futuro del Gobierno autonómico compartido.
El miércoles, un correligionario de Robinson, Ian Pailey, hijo del fundador del partido, afirmó en la Cámara de los Comunes de Londres, donde es diputado, que le rompía el corazón saber que 95 huidos del IRA han recibido «cartas en las que se les excusa del asesinato de 200 personas». La revelación, cuyas cifras fueron corregidas después, llegó en el testimonio de dos jefes policiales en el Parlamento.
El jefe del Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI), Matt Baggott, y el responsable de la rama de investigación criminal, Drew Harris, comparecieron durante cerca de dos horas ante el comité parlamentario que supervisa la política norirlandesa para responder a la alarma creada por el envío de cartas que algunos perciben como exculpatorias a huidos del IRA.
La existencia de las cartas se reveló al público en febrero, cuando un exmiembro del IRA, John Downey, fue puesto en libertad por un juez que consideró que el Estado cometía un abuso del proceso judicial al procesar a Downey por su supuesta participación en el asesinato de cuatro soldados en Londres, en 1982. Downey había recibido en 2007 una carta en la que se le aseguraba que no era buscado.
En su testimonio ante el comité de los Comunes, Harris explicó que se habían enviado 228 cartas y que 95 de los receptores estaban vinculados a 200 asesinatos, una cifra que el PSNI corrigió después para fijarla en 295. El policía explicó que la vinculación se basaba en 'inteligencia'. McGuinness calificó ayer la revelación como «rara» y dijo que esa inteligencia suele ser a menudo «una pila de habichuelas».
El PSNI tiene ahora a la mitad de sus efectivos en la rama de investigación criminal dedicada a revisar casos históricos. Un equipo se dedica a analizar los 228 relacionados con las cartas. El jefe del servicio, Baggott, afirmó ante los parlamentarios que el error cometido con Downey parece ser por el momento único, pero que dada la alarma social creada la fuerza los analizará todos hasta su conclusión.
Las cartas eran enviadas por el Ministerio de Irlanda del Norte, parte del Gobierno británico, como consecuencia de un pacto entre el Sinn Féin y Tony Blair. Respondían a la demanda del SF para que se resolviese el futuro de los huidos del IRA. Sus abogados enviaron una carta a la Policía pidiendo información sobre su situación, que la da a cualquier ciudadano que la solicite.
La Policía analizó los datos en su posesión y, en la gran mayoría de los casos, no vio que la inteligencia que les vinculaba con un crimen fuese suficiente para procesarlos. Esa información fue transmitida a la Fiscalía y por ésta al Gobierno, que envió las cartas advirtiendo que, si emergen nuevas pruebas, el receptor de la carta podría ser detenido. A Downey se le dio información falsa, porque sí era buscado.
La tensión entre el SF y la Policía se mantiene a pesar del apoyo al PSNI expresado por Gerry Adams tras su puesta en libertad, el pasado domingo. Un periódico de Belfast escribía que, en la negociación previa a presentarse voluntariamente en una comisaría, su interlocutor quiso que la detención fuese pública y que los interrogadores le acusaron de ser un agente de los servicios británicos de inteligencia.