El asesinato de 18 menores conmociona Honduras

Honduras está conmocionada porque en las últimas semanas han sido asesinados 18 niños, algunos menores de 3 años, muchos de ellos torturados y rematados por no querer unirse a las pandillas. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó «su profunda preocupación» por la situación de violencia y abuso que afecta a la niñez hondureña y ha pedido unir esfuerzos para acabar con esos crímenes abominables.

Las familias de las víctimas, rotas por sus terribles pérdidas, piden acciones y medidas concretas. El presidente, Juan Orlando Hernández, calificó la muerte violenta de los menores como actos delictivos «incómodos y reprochables» y aseguró que no quedarán impunes.

Los enfrentamientos entre los miembros de las pandillas Mara 18 y la Mara Salvatrucha son habituales. No respetan ni los centros de reclusión o de rehabilitación. El martes morían cinco adolescentes, dos resultaron heridos y tres detenidos, todos de 15 a 17 años, cuando simpatizantes de la MS dispararon sin mediar palabra contra 18 rivales de la M18 quienes se vieron sorprendidos cuando estaban cenando. Para entrar, encañonaron a los guardias, les quitaron las llaves e ingresaron en el recinto donde se encontraba la pandilla contraria. Un agente de la sección de Inspecciones Oculares de la Dirección Nacional de Investigación Criminal reveló que en el lugar de los hechos se encontraron más de 80 casquillos de distintos calibres.

Otro hecho desgarrador enloqueció a una mujer que perdió a sus tres hijos, dos niñas de 13 y 10 años y un niño de 7, y a un nieto de 18 meses, a manos de un hombre que además violó a una de las pequeñas. Jessy Carolina Jiménez relata que la noche del sábado la mayor de las niñas, Loany, quiso comer pollo y ella, por complacerla, salió con su hijo mayor dejando a los pequeños en las camas donde dormían en uno de los cuartos.

El asesino, un conocido de la familia, aprovechó que estaban solos para violar a Loany y desangrar a todos. Al llegar, Jessy encontró a «la niña grande, estaba desnuda, todavía estaba viva, suspiraba en ese momento ella me quiso decir algo, pero en eso se quedó, en el último suspiro, mi niña solo me miró, me agarró el dedo, me lo apretó duro y ahí fue cuando se quedó muerta».