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«Nuestros conciertos no están dirigidos solo para enteradillos con gafas de pasta»

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“Entendemos que estamos en crisis, pero nosotros también la sufrimos, no sólo en nuestros bolsillos, sino que también vemos cómo mucha parte del público que hemos ido ganando con los años tiene que salir de Valladolid o incluso de España para ganarse la vida. Necesitamos que la gente haga suyo el Véral y realice un pequeño esfuerzo para verlo entero. Nosotros hacemos otro pequeño esfuerzo ajustando los precios lo más posible”. Así de contundentes son las afirmaciones de los organizadores del Véral, los miembros del Colectivo Laika, que en plena crisis han apostado por la séptima edición de uno de los festivales con mejor gusto del panorama nacional. Ellos lo expresan con una idea: “Hay que acostumbrarse a pagar por lo que nos gusta”.

La venta del abono anticipado para los tres días tuvo hasta marzo un precio de 15 €. Actualmente el precio del abono es de 20 euros y las entradas pueden adquirirse a través de Internet (Ticketea). El precio de las entradas del día oscila entre los 8 y los 18 euros.

Salvo los conciertos de carácter gratuito del sábado por la mañana, que se llevarán a cabo en el Pasaje Gutiérrez, que incluye la actuación de Elle Belga, el resto de los conciertos se llevarán a cabo en el LAVA, donde viene celebrándose desde hace dos años para “no tener que estar pendientes de las condiciones climatológicas y a la supervivencia económica”. Además, han decidido repetir formato de tres días consecutivos. El 8 de mayo es el día dedicado al sello discográfico Meseta Récords con las actuaciones de Corzo, Leaflitter Bug, My Friendly Ghost y Tuxedo programadas como muestra de la actividad del sello en la región.

Al día siguiente, el Laboratorio de las Artes de Valladolid acogerá las actuaciones de Seven Tin Stars, Trajano!, Pablo Und Destruktion y Triángulo de Amor Bizarro. Dos de los citados nombres han participado ya en anteriores ediciones del festival. “Intentamos traer gente que nos guste y que esté en un buen momento creativo, y eso pesa más que el hecho de repetir en el cartel”, aseguran los miembros del Colectivo Laika. “Triángulo de Amor Bizarro hacía más de dos años que no venía a Valladolid, y el año pasado sacaron nuevo disco –Victoria mística- que ha puesto de acuerdo a publicaciones como Jenesaispop o Rolling Stone, que lo nombraron mejor disco nacional de 2013. Además, en directo son una apisonadora”. El grupo gallego es uno de los incondicionales para los aficionados el festival. Pero también ‘Trajano!’, presentes en la pasada edición, repiten en el cartel “tanto ellos, como nosotros, como el personal técnico y, sobre todo, el público, nos quedamos con mal sabor de boca por lo sucedido en la actuación del pasado año. Acaban de publicar su álbum de debut, Antropología, así que es la oportunidad perfecta para tomarse la revancha”.

El festival finaliza el día 10 con Dean Wareham, Christina Rosenvinge, John Parish, Magic Arm y un concierto Invisible, formato habitual del Colectivo: consiste en citar al público en un lugar y momento determinado con la promesa de una actuación que el público desconoce. Sólo en el momento del evento descubren la identidad de la banda que está actuando. Es la campaña “antimarquetera” que mejor les ha funcionando, pese al riesgo, en los últimos años. Y por eso se niegan a desvelar la identidad del artista o artistas que actuarán el sábado junto a las confirmaciones ya mencionadas. Lo que despierta, hasta el momento, grandes expectativas.

La oferta del sábado se completa con la actuación matinal para niños de ‘Petit Pop’. “La idea de dedicar un espacio a las actuaciones para niños empezó hace varias ediciones de Véral con Remate” cuenta el Colectivo “Es algo a lo que llevábamos dando vueltas durante mucho tiempo porque el Sónar lo hacía y nos parecía una gran idea. Hablando con músicos que traíamos, descubrimos que hay reconocidas bandas -sobre todo estadounidenses- que hacen giras y discos exclusivamente para niños. Algunos incluso cantan sobre pedos, eructos y todo tipo de cosas escatológicas que fascinan a los niños -y a nosotros también-. Además, nos vamos haciendo mayores y vemos como la gente va teniendo hijos o sobrinos, así que es una buena manera de seguir conectados. El público va aumentando concierto a concierto, aunque lo malo es que sólo lo hacemos una vez al año y estaría muy bien poder hacerlos con mayor asiduidad porque es un lujo ver a los niños disfrutar de los conciertos”

Pero tanto riesgo para un colectivo cultural ¿tiene su recompensa? Los miembros del Colectivo Laika no viven de las actuaciones ni ejercen profesionalmente como promotores y, sin embargo, ya disfrutan de una década de vida a costa de sacrificios económicos incluso personales y críticas del sector de promoción de conciertos y espectáculos en la provincia, por eso la pregunta es: ¿cómo sobreviven? “Con políticas bastante suicidas”, aseguran. “Preferimos intentar que venga más gente a menos precio que menos gente con más precio, aunque el resultado económico sea el mismo. En el caso de Véral, arriesgamos más aún porque tenemos apoyo de la Fundación Municipal de Cultura/LAVA, el Centro Buendía y patrocinios. El “early bird” funciona únicamente entre los habituales. Sirve más para fidelizar que para generar nuevo público”.

Festivales de este calado con propuestas de cartel tan arriesgadas en una ciudad de provincias son poco usuales en la escena independiente nacional. Si acaso, el festival Tanned Tin en su época de comedido esplendor recuerda en su esencia al afán del Colectivo por apostar por un cartel tan “underground” en una ciudad como Valladolid: “Insistimos porque somos de aquí y vivimos aquí, y, al igual que otras muchas propuestas musicales (Reducto Sónico, Cuadrilátero Cultural, Open Mic, etc) y de otro tipo, tratamos de hacer una ciudad algo más habitable. Otro motivo es que no vivimos de esto. Plantearnos salir a hacer cosas fuera -salvo algo puntual- estaría totalmente desnaturalizado y sería mucho más engorroso de lo que ya supone hacerlo en Valladolid. Esta ciudad está muy bien situada geográficamente, y eso facilita que podamos traer ciertas propuestas y que público de fuera se acerque a verlas”.

Pero entonces ¿a qué se deben las críticas? Sobre todo a que las confirmaciones del cartel no destacan precisamente por ser populares. De unos años a esta parte, la supuesta escena “indie” nacional ha perdido su carácter independiente para convertirse en una apuesta más que rentable cuando al cartel le añadimos propuestas muy populares de amplio público muy fiel a un tipo de sonido pop que reivindica. No obstante, cierto inconformismo con la radio fórmula y la producción musical estándar. Léase ‘Love of lesbian’, ‘Vetusta Morla’, ‘Izal’, ‘Sidonie’, ‘Miss Cafeina’…son varios los nombres que aseguran un lleno en el aforo de las salas y los organizadores de festivales lo saben. El propio Colectivo ha recurrido, de hecho, a nombres como Nacho Vegas, Christina Rosenvinge, Sunday Drivers, Russian Red, Anni B Sweet, Zahara, Ivan Ferreiro ,etc en algunas de sus propuestas. Sin embargo, padecen muy a menudo el estigma de las etiquetas. “Hipster” se ha convertido en un epíteto para algunos de los críticos de la prensa local. Ellos confiesan: “Nuestros conciertos no están dirigidos sólo a enteradillos que lleven camisas de cuadros, barbas y/o gafas de pasta. Esos comentarios vienen determinados por intereses particulares. Pensamos que no hay nada menos elitista que traer a buenos artistas y ofrecer entradas a precios más que razonables.

Ser entidad sin ánimo de lucro ha provocado n cuanto a que asumamos muchos más riesgos de lo que sería razonable y también porque en ocasiones se nos ha tomado poco en serio, o se nos ha considerado una amenaza (para los profesionales del sector). Pero tiene el beneficio de poder acercar, en la medida de nuestras posibilidades, otro tipo de propuestas sin entrar en colisión con otros programadores”.

Y es que en una propuesta tan ecléctica tiene cabida lo local y lo hiperlocal, lo novedoso y lo atemporal. “Apostamos por lo que nos gusta, por artistas que tengan calidad y que estén en un buen momento, independientemente del lugar del que procedan. Si contamos con grupos locales no es por cubrir un cupo, sino porque creemos que hay muy buenos proyectos. Para elaborar el cartel ponemos todas nuestras propuestas en común, los diferentes gustos personales e incluso algunas pajas mentales casi siempre irrealizables. A partir de ahí sigue su curso natural, determinado por los presupuestos que manejemos y la disponibilidad de los artistas”.

Y aunque cada vez está más difícil esto de conseguir que llueva a gusto de unos cuantos sin morir en el intento, lo que es seguro es que este fin de semana se celebra un nuevo Véral y hay que disfrutarlo porque nunca se sabe cuándo será el último.