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Terrorismo de sotana

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He leído las palabras del párroco de Canena, un pueblo jienense de poco más de 2.000 habitantes que nunca he visitado. Llamaron mi atención sobre él las numerosas referencias en prensa, la indignación del Instituto Andaluz de la Mujer, las psoelicitudes de retractación. Y lo que surja. Cada vez me cuesta más tomar en serio estas cotidianeidades. No es frivolidad contagiada, sino hastío. Las leo y me quedo igual. Las vuelvo a leer (o sea, las releo) y comprendo su lógica. Quizás ese sea el asunto; la congruencia. Analizando la homilía del sacerdote sólo veo una afirmación polémica: dice que ahora hay más cultura que hace 30 años. ¡Incierto! Luego, añade: «pero antes a lo mejor un hombre se emborrachaba y llegaba y le pegaba a su mujer pero no la mataba por sentido moral y ahora sí». Esto es revisable (habría que ver el índice de mortandad familiar hace treinta años). Lo que no encuentro es el sintagma -nominal o verbal- en donde dice el cura que le parecen bien paliza o muerte.

Siento decirlo, páter, pero ha sido usted lo que en el argot académico se denomina 'un tonto útil' (del latín, useful idiot). Me explico: era lunes, hacía calor, se había hablado un poco, casi susurrando, de que el esposo de Susana Díaz estaba implicado en un curso de formación. Eso es inadmisible. La mano anilladamente mecánica acaricia el gato asexuado pero blanco. Una voz profunda ordena a súcubos encadenados a un iMac que pongan en marcha la operación 'Calamar': vulgo, que haya tanta tinta que no se vea uno los pies. Los súcubos del turno de tarde (hay tres turnos, respetando la conciliación familiaboral) bucean en Youtube. Teclean: 'cura, violencia, género, gay'. Borran 'gay'. Enter. Leen Canena. «¿Dónde está Canena, quillo?». En Jaén (Andalucía). «¡Perfecto!», clama el otro. Y el calamar comienza a defecar por do defecan los calamares. Por twitter.

Quizás no sea cierta esta teoría, quizás sea producto de mi notoria falta de tolerancia hacia lo políticamente correcto -el correctés- y la hipersensibilidad maricomplejines con según qué temas. O quizá sí lo sea. El sacerdote dijo lo que pensaba, no se justifica. Es un pastor de almas desacostumbrado a que le exijan dimisión, a que se creen comisiones de investigación, a que se le ratifique en su diócesis tras la imputación. Él juega en otra realidad, posiblemente más compleja que esta lozana y fresca hez en que se ha convertido nuestro qué dirán. Carece de defensa plausible. Es sólo eso. Otro útil terrorista de sotana. A por él. Hundirlo.

@montieldearnaiz