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El sacerdote Pedro Ruiz, durante su polémica homilía . :: TDFRAN
ANDALUCÍA

Desde la equivocación al castigo ejemplar

LORENA CÁDIZ/J. E. POVEDA
JAÉN.Actualizado:

Revolución en las redes sociales, oleada de reacciones a nivel político y social y ríos de tinta y multitud de piezas en los medios de comunicación de toda España. Seguramente si el cura de Canena hubiera calculado la que se le venía encima, se lo habría pensado antes de pronunciar su polémica homilía. El párroco afirmó este domingo, durante una misa de Primera Comunión, que hace 30 años «a lo mejor un hombre se emborrachaba y llegaba a su casa y le pegaba a la mujer, pero no la mataba como hoy», algo que explicó «porque antes había un sentido moral», unos «principios cristianos», y «hoy no lo hay».

Al sacerdote lo grabó el canal de televisión por cable de Canena y Rus TDFran. Antonio García, que tomó las imágenes, aseguró ayer que «la iglesia de la Inmaculada Concepción estaba llena, era día de comuniones, familias enteras, niños y jóvenes». Al escuchar las palabras del párroco se sintió indignado y decidió colgarlas en Youtube. En el vídeo se extrae un fragmento del sermón, en el que explica que «hace 30 años había mucha más incultura, a lo mejor. Y a lo mejor un hombre se emborrachaba y llegaba a su casa y le pegaba a la mujer, pero no la mataba como hoy, ¿eh? Hoy es que la mata, o él a ella o ella a él», declaró.

Ayer, supuestamente pidió perdón por sus palabras. Supuestamente porque él no hizo ningún comunicado público. Lo hizo el Obispado de Jaén, que el primer día no quiso pronunciarse, y que ayer aseguró que «se une a las palabras de disculpa que el párroco ha manifestado por si sus expresiones han podido dar lugar a equívoco en su postura en toda clase de violencia hacia las mujeres».

El Obispado condenó el «drama de la violencia de género» y reiteró «la defensa de la dignidad de la mujer en consonancia con la doctrina de la Iglesia y nuestra frontal oposición a la violencia de género en todas sus dimensiones». A nivel político, la lista de reacciones fue larga. Representantes de todos los partidos mayoritarios, a nivel local y a nivel nacional, se pronunciaron al respecto.

El presidente del PP de Jaén y alcalde de la ciudad, José Enrique Fernández de Moya, fue tajante: «Esas palabras me parecen absolutamente deleznables y, por tanto, lo primero que tiene que hacer el cura es pedir disculpas y poner encima de la mesa una condena enérgica», dijo y recordó que se trata «de un problema especialmente sangrante en el ámbito de España, como la violencia de género».

Algo más suave fue la reacción del portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, quien prefirió no pronunciarse, aunque consideró que las palabras del párroco son «desafortunadas». Desde el Gobierno central, la secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero, dijo que es «absolutamente intolerable» el discurso del párroco de Canena: «No podemos vivir en un país donde se permitan este tipo de comentarios. Todo es violencia», sentenció.

Desde el PSOE, el portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, consideró que «el cura de Canena, el ministro Gallardón y Mariano Rajoy comparten una manera de pensar y un análisis parecido con respecto a la igualdad de las mujeres».

Vía judicial

En IU, van más allá. El portavoz en el Congreso, José Luis Centella, aseguró que «sigue habiendo miembros en la Iglesia instalados en la Edad Media». Añadió que la jerarquía de la Iglesia Católica «debería poner cierto orden» ante estas declaraciones.

La coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer en Jaén, Beatriz Martín, pidió a la Iglesia que colabore en la erradicación de la violencia de género. «El IAM quiere insistir en la importancia de que declaraciones como las del párroco no vuelvan a producirse, dada su repercusión social, por lo que insta a todas las instituciones a mantener un constante y claro posicionamiento en contra de la violencia de género, que pueda generar en la ciudadanía una conciencia social permanente de rechazo contra el maltrato machista»